Fiesta, color, gracia y... reivindicación. Con estos elementos se desarrolló anoche la gran final del concurso de chirigotas y comparsas del carnaval de Mérida que se unió a los gritos de Nunca mais y No a la guerra , aunque no se olvidaron de los problemas cotidianos y las rotondas, las obras, el tráfico, la rivalidad política, entre otros aspectos como el chapapote, fueron desgranados por cada uno de los grupos, que mostraron un gran nivel durante toda la gala.

El acto comenzó con sorpresa, la que dieron los miembros del jurado al subir al escenario vestidos con trajes de recogida de chapapote y protestando por la catástrofe ecológica y la posible guerra en Iraq. Las primeras en salir a escena, con media hora de retraso, fueron las chicas de Las Otras, que cantaron a las rotondas, las televisiones locales, aparcamientos, televisión, Prestige ...

Algunas de estas cuestiones fueron parodiadas también por el resto de los finalistas: Los Pilinguis, Los Sureños, Los Escocíos, Los Tagorichis, La Carcajá, La Marara y Los Cazurros Romanos. Todos dieron estopa a su manera a los personajes de la vida pública local.

Los Pilinguis, los grandes favoritos, salieron con trajes de viciosos como drogadictos, ludópatas o forofo del Atlético de Madrid, y con sarcasmo trataron los problemas de tráfico, las obras, todo ello amenizado con una auténtica actuación teatral.

Así hasta las ocho comparsas. Antes, por la mañana, los más pequeños salieron a la calle con sus disfraces y hoy concursarán.