Miajadas se despertó ayer con la noticia de un nuevo crimen, el segundo homicidio que registra esta localidad cacereña de menos de 10.000 habitantes en sólo una semana. Eran las nueve de la mañana cuando unos jóvenes se encontraban con un cadáver en el pequeño parque situado en la zona conocida como Pozo Vera.

Unos minutos después se desplazaban hasta allí varios trabajadores municipales, que fueron los que finalmente avisaron a la Guardia Civil. Una vez que se identificó el cadáver se supo que se trataba de R. S. S., un toxicómano seropositivo de 44 años de edad. El cuerpo, según las diversas fuentes consultadas, presentaba golpes por todo el cuerpo y tenía el cráneo destrozado. Así, aunque en un primer momento se llegó a hablar de que se había producido un tiroteo, a lo largo del día fue cobrando fuerza la hipótesis de que fuese atacado con un objeto contundente.

NUMEROSAS HIPOTESIS

Aunque hasta el momento la Guardia Civil no ha descartado ninguna posibilidad, todo parece indicar que se trata de una muerte violenta. De hecho, durante unas horas el equipo de la Policía Judicial de la Benemérita rastreó la zona en busca del posible arma homicida y de nuevas pruebas.

Mientras, en torno a las tres de la tarde, una pareja de agentes continuaba buscando algún testigo del suceso e interrogaba a los vecinos que residen en unas viviendas situadas a escasos metros del parque en el que apareció el cuerpo. Sin embargo, estos vecinos confirmaron a EL PERIODICO EXTREMADURA que no escucharon ni un solo disparo ni ningún otro ruido extraño durante la noche. Se da la circunstancia de que el parque en cuestión se convierte cada noche en el punto de reunión de un grupo de toxicómanos del municipio, y en estos días es una zona muy concurrida por encontrarse cerca del circuito de Motocross, que acoge durante este fin de semana una prueba del Campeonato de España en categoría junior.

Por lo que se refiere a la familia de la víctima, que quedó conmocionada tras conocer la noticia, sus allegados confirmaron que a media tarde aún no conocían la causa exacta de la muerte, aunque se mostraban confiados en que en las próximas horas las autoridades judiciales puedan ofrecerles más detalles de lo ocurrido. Así, pese a que se baraja la posibilidad de que fuese un ajuste de cuentas, prefieren mantenerse cautos y esperar los resultados definitivos de la autopsia y de la investigación policial.

Tras pasar la mañana en el cementerio municipal el cuerpo fue enterrado ayer mismo, en torno a las ocho de la tarde.