Aunque explica que ha seguido la trayectoria de Extremadura Avante desde que en 1987 se creó Sofiex, el embrión de este grupo público de empresas, Miguel Bernal confiesa que en los algo más de siete meses que lleva dirigiéndolo ha descubierto muchas cosas que desconocía de él. Entre otras, el "magnífico nivel de profesionalidad de sus trabajadores y trabajadoras. Hay un equipo de unas 120 personas que es de lo mejor que tenemos en Extremadura", afirma. Entre sus primeras metas está la de consolidar Avante como grupo con el fin de aprovechar al máximo las sinergias que ofrece el contar con "todo un paquete de competencias puestas al servicio de las empresas" y que se resumen en tres misiones fundamentales: financiar proyectos empresariales --Avante tiene invertidos aproximadamente 170 millones de euros en firmas extremeñas--; facilitar infraestructuras industriales; y poner en marcha políticas de mejora de la competitividad.

--Ha llegado a Avante después de una dilatada trayectoria política y sindical, ¿ha cambiado su forma de ver las cosas dirigir un grupo de empresas?

--No. Hay una pregunta que me llevan siete meses haciendo y es cómo se compatibiliza que alguien que ha tenido una actividad sindical desarrolle ahora una política de acompañamiento de empresas. Incluso me han llegado a plantear que esto es cambiar de bando. Y siempre contesto lo mismo: he vivido el sindicalismo absolutamente a todos los niveles, desde representante de los trabajadores en un comité de empresa en Telefónica hasta secretario general de UGT Extremadura. Y cuando estás en la cúpula de un sindicato tan importante como este tienes que estar haciendo políticas que permitan dos cosas: una, que se genere riqueza en la región; y dos, que se reparta esa riqueza que se ha generado. Mal sindicalista es aquel que no se preocupa de esto porque entonces no podrá negociar buenos convenios colectivos, buenos salarios o la creación de empleo. Y yo me dediqué a esas dos cuestiones durante mis quince años al frente de UGT. ¿Y qué estoy haciendo ahora aquí? Intentar que haya cada día más empresas, que sean más potentes y competitivas. ¿Para qué? Para que se cree riqueza que luego se pueda distribuir. Por aquí vienen cada día muchos empresarios y, tras saludarnos, la primera o segunda pregunta que les hago es: ¿Qué empleo vas a crear? Porque si por aquí viene alguien buscando el apoyo de Extremadura Avante para una empresa que no va a generar empleo, no tiene sentido ninguno que los extremeños y las extremeñas, con su dinero, hagamos un esfuerzo con algo que no revertirá sobre el conjunto de la sociedad. Así que creo que, aunque con grandes matices, no he desconectado de lo que he venido haciendo. Internamente siento que sigo trabajando en lo mismo: la creación de riqueza y su reparto.

--Tras ocho años de crisis y no pocas empresas participadas que han atravesado por muchos problemas, ¿cuál es la situación que se ha encontrado en Avante?

--Me he encontrado con una situación bien diferente a la que había en el 2011, tras crearse este grupo. Hay un dato muy significativo: en junio de ese año Avante tenía un saldo neto de tesorería que pasaba de los 80 millones de euros, pero cuando he llegado no superaba los 27 millones. Por tanto, hay una menor capacidad de actuación. La segunda cuestión que me he encontrado es que en las empresas en las que está presente Avante, como en el resto, la crisis ha hecho estragos, hasta el punto de que actualmente existe un nivel de morosidad muy alto con respecto a sus obligaciones con Avante. En total, más de 50 millones de euros que tienen que devolver y que de momento no podemos reinvertir. En este sentido, una de las pocas pero claras instrucciones que he recibido del presidente de la Junta es aplicar toda la flexibilidad que se pueda para ayudar a las empresas. No valen los trajes ya hechos, hay que hacerlos a medida. A pesar de esas dos limitaciones, seguimos contribuyendo a acompañar los nuevos proyectos empresariales. ¿De qué manera? Pues, por ejemplo, cuando Avante tiene que participar en una empresa y esta demanda una inversión que supera las posibilidades y el riesgo que podemos asumir, entonces estamos hablando con otros inversores que puedan acompañar este proyecto empresarial junto a nosotros, como pueden ser entidades financieras. Aunque tengamos unos recursos disminuidos, Avante va a seguir dando la talla, porque no es que solo estemos trabajando con nuestros propios recursos, sino que estamos montando una red de apoyo para contribuir al desarrollo de las empresas en Extremadura.

--Por el contacto que mantiene a diario con el empresariado extremeño, ¿percibe ya que hay un cambio de ciclo?

--Más que de las percepciones, me gusta fiarme de los hechos. Y voy a dar un dato absolutamente objetivo: en los tres últimos meses del 2015 hemos tenido más compra y reserva de suelo industrial que en los dos años anteriores. Una de las primeras decisiones que toma un empresario, una vez que tiene decidido y definido su proyecto, es la compra de suelo. El hecho de que en tres meses haya habido más demanda que en dos años significa que empiezan a cambiar las cosas. No tengo la información directa de estos cuatro años anteriores en Avante, pero sí me cuenta el departamento que lleva inversiones que se han dedicado prácticamente a apagar fuegos, empresas que llegaban en una muy mala situación y que venían para ver si se les podía ayudar para seguir sobreviviendo. Y todavía siguen llegando en esta situación pero, afortunadamente, en torno a la mitad de las empresas con las que vengo hablando a diario son proyectos nuevos o proyectos de ampliación empresarial. Ya empezamos a hablar en positivo, y eso es una excelente noticia. ¿Qué va a pasar? Pues no lo sé, decir cómo va a ir la economía extremeña o la española es aventurarse demasiado, pero a día de hoy lo que sí se percibe es que el empresario extremeño empieza a tener nuevamente la idea de invertir, de crecer y de ganar nueva actividad.

--El retraso en aprobar los presupuestos autonómicos ¿está lastrando la actividad de Avante?

--De los tres grandes bloques de actuación de Avante, en dos de ellos no recibe financiación directa de la Junta de Extremadura: para la financiación empresarial y para facilitar infraestructuras industriales, así que estas dos áreas no se han visto afectadas. Donde recibe financiación de la Junta es para programas de mejora de la competitividad empresarial, en Servicios Avanzados a Pymes. Ahí, evidentemente, la inexistencia de presupuesto retrasa nuestra actividad. En Avante lo que hemos estado haciendo es dando los pasos necesarios para arrancar en el momento en que tengamos ya el presupuesto. Confío y espero que en abril podamos empezar con toda la fuerza, porque el trabajo previo, de planificación, ya esta hecho.

--Uno de los grandes ejes de estos servicios avanzados es el del comercio exterior. La región lleva cinco años enlazando máximos históricos en exportaciones, así que parece que se va por el buen camino, ¿dónde cree que hay que poner el foco ahora?

[wv05]--Sin duda el comercio exterior no va mal, pero tenemos muchísimo campo para mejorar aún. En el 2015 hemos batido un récord superando los 1.700 millones de euros en nuestras exportaciones, que por primera vez también representan el 10% de nuestro PIB. Eso es muy positivo, sin duda, pero, ¿dónde está la media española?: próxima al 20%, y yo quiero que Extremadura sea media española. Aquí el diagnóstico está hecho. En primer lugar, tenemos que diversificar territorialmente nuestras exportaciones. Estamos concentrados en la UE, y dentro de ella en cuatro países: Portugal, Francia, Alemania e Italia. Así que queda mucha UE todavía por trabajar. También Latinoamérica tiene un potencial importante de crecimiento. Toda no, pero sí determinadas áreas geográficas donde Extremadura puede penetrar con mucha más fuerza de lo que ha penetrado hasta ahora.

--¿Que serían cuáles?

--Por ejemplo Centroamérica. Con seis países y sesenta millones de habitantes es una zona geográfica reducida, abarcable para Extremadura. Además, estos países han firmado con la UE un convenio arancelario que permite que las empresas europeas tengan un trato fiscal muy favorable para sus exportaciones y sus inversiones. En esa área Avante abrirá este año una oficina comercial en Panamá. Al mismo tiempo, también hemos movido la oficina que teníamos en Nueva York hasta Florida, porque entendemos que ese mercado es muy atractivo para el potencial de la empresa extremeña. Estamos hablando del segundo mercado más poblado de EEUU y con un altísimo componente latino en sus hábitos de consumo. Además, de esta forma hacemos un triángulo Centroamérica-Florida-México que nos permite cubrir también El Caribe, que está cambiando de una manera espectacular desde un punto de vista político y económico. Cuba puede ofrecer unas posibilidades muy interesantes para la empresa extremeña. Por otro lado, también hay que diversificar las exportaciones desde el punto de vista sectorial. De los 1.700 millones, más de la mitad es producto agroindustrial, y eso es bueno, incluso hay que exportar más agroindustria, pero hay determinados sectores que son susceptibles de internacionalizarse, fundamentalmente relacionados con el conocimiento y la experiencia. Tenemos en Extremadura ingenierías que están muy especializadas en el agua y en la energía que pueden abrirse perfectamente camino en otros mercados y están muy poco internacionalizadas. Este año ponemos en marcha una unidad específica de licitaciones internacionales que chequeará esas convocatorias, bien de países, bien de organismos multilaterales. A la vez, se elaborará un listado de empresas que podrían concurrir a ellas para mantenerlas informadas y a las que Avante prestará un servicio de asesoría técnica para que puedan concurrir. Además de la diversificación geográfica y sectorial, hay un tercer factor que es fundamental: nuestras empresas son muy pequeñas y hay algunas que podrían estar internacionalizándose pero que no pueden por su tamaño. En este aspecto, tenemos que fomentar el asociacionismo empresarial por la vía de los consorcios. Y ahí estamos trabajando con determinados sectores, alguno de ellos con tanto potencial como el audiovisual.

--Desde que comenzó la crisis se repite el mantra de que hay que cambiar de modelo productivo, pero en el caso de la región no parece que sea fácil conseguirlo...

--El impulso de empresas de base tecnológica en Extremadura es muy complicado pero es posible. En estos momentos puede ser un sueño, pero a mí me gustaría verlo convertido en realidad y no a muy largo plazo. Israel hace 20 años era un país que estaba muy por debajo del nivel de calidad de vida económica de España, pero que hoy lo supera con creces. ¿Cómo lo ha conseguido? Se ha focalizado en la creación de empresas de base tecnológica y ha cambiado completamente su modelo productivo. Su ejemplo no puede repetirse miméticamente en Extremadura pero el modelo general estamos pensando en cómo podemos empezar a trasladarlo aquí.