Miles de peregrinos celebran este domingo en Guadalupe la fiesta popular y religiosa con motivo del Día de Extremadura y de su patrona, la Virgen de Guadalupe, también conocida como la 'Morenita'.

Los actos religiosos se han iniciado a primera hora de la mañana con el Rosario de la Aurora, al que se han sumado multitud de peregrinos, muchos de ellos llegados a pie, en caballo o en bicicleta.

Y a las once ha dado comienzo la tradicional misa pontifical presidida por el arzobispo de Toledo y primado de España, monseñor Braulio Rodríguez, y concelebrada por el arzobispo de Mérida-Badajoz, Celso Morga; el obispo de Plasencia, José Luis Retana; y el de Coria-Cáceres, Francisco Cerro.

Devotos y visitantes han abarrotado el Real Monasterio de Guadalupe (Cáceres), declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, durante la eucaristía, a la que también han asistido autoridades políticas, militares, judiciales y culturales de la región.

En este Día de Extremadura, el arzobispo de Toledo ha pedido "por sus habitantes, sus problemas, sus autoridades y sus gentes de bien" que "luchan por una mejor vida en esta tierra, que reivindica sus derechos y que se atiendan sus necesidades".

Ha centrado su homilía en la "sonrisa" de María, pues "las lágrimas que derramaría al pie de la cruz se han transformado en una sonrisa" que "ya nada podrá extinguir permaneciendo intacta su compasión maternal por nosotros".

Santa María de Guadalupe "ama" y dedica su "sonrisa" a cada uno de sus hijos, pero presta especial atención "a quienes sufren" y están "sumidos en el dolor" para que "encuentren en ella consuelo y sosiego".

Los pueblos más ricos, aquellos que "buscan el orden de la fe", buscan la sonrisa de María, que es también "el favor de la madre de Cristo", una sonrisa que "los artistas han sabido consagrar tan prodigiosamente" como en el caso de "nuestra sagrada imagen, pequeña y morenita".

María, ha proseguido, comparte con nosotros "la alegría que vive en su corazón para que se convierta también en la nuestra", y su sonrisa, "reflejo verdadero de la ternura de Dios", es "fuente de esperanza inquebrantable" hoy y en el futuro "año jubilar guadalupense que se celebrará en 2020".

El arzobispo, que como es habitual no ha hecho mención a la vieja reivindicación de que Guadalupe dependa de una diócesis extremeña, ha insistido en que en una manifestación "tan simple" de ternura como la sonrisa "nos damos cuenta de que nuestra única riqueza es el amor que Dios nos regala y pasa por el corazón de nuestra madre".

El himno a la patrona y los vítores desgarrados a la Virgen de Guadalupe: "¡Viva la Morenita!"; han dado pasado a la emotiva procesión de la imagen por el interior de la basílica y del imponente claustro mudéjar del templo.

Con uno de sus majestuosos mantos, la Virgen ha desfilado con el bastón de mando y la corona rica que el rey Alfonso XIII le entregó durante su coronación canónica en 1928 como Reina de las Españas o de la Hispanidad.

No han faltado a esta cita en Guadalupe el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, la presidenta de la Asamblea, Blanca Martín, la delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García Seco, los presidentes de las dos Diputaciones, Miguel Ángel Gallardo (Badajoz) y Charo Cordero (Cáceres), así como representantes de partidos políticos, entre ellos el líder del PP, José Antonio Monago.

Más de 100 efectivos de la Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil velan por la seguridad durante la Festividad de la Virgen de Guadalupe, en un operativo que se activó el viernes, día 6, y que concluye este domingo.

Estos actos en el municipio cacereño clausuran las celebraciones con motivo del Día de Extremadura, entre ellas el acto institucional en la Asamblea y la entrega de Medallas en el Teatro Romano de Mérida celebrados este sábado.