Miles de grullas llegan estas semanas hasta Extremadura para refugiarse en la comunidad autónoma durante los fríos meses de invierno. De hecho, para muchos la llegada de estas aves marca la inequívoca llegada de la estación invernal. Ayer mismo se celebró el Día de las Grullas, organizado por la asociación ecologista Adenex, en seis puntos de la comunidad autónoma extremeña. Concretamente en Puerto Mejoral y en los embalses de Los Canchales, Valdecañas, el Cubilar, Arroyo Conejo y Borbollón.

Dentro de los actos del Día de las Grullas, en los puntos marcados por Adenex hubo educadores ambientales que distribuyeron material divulgativo sobre la protección de estas aves migratorias y facilitaron el acceso a material óptico para mejorar la observación.

Desde la organización recuerdan que en otros países de Europa, sobre todo en Suecia, es habitual celebrar la llegada masiva de las grullas, por lo que anima a los extremeños a sentirse "orgullosos de contar con este valioso patrimonio natural".

ACERCAMIENTO Precisamente por eso Adenex organiza cada año el denominado Día de las Grullas, que en realidad pretende ser una "jornada de acercamiento a esta bella especie y a su hábitat", de forma que sea más fácil conocer tanto su modo de vida como sus principales problemas. Al mismo tiempo los que ayer asistieron a la jornada pudieron disfrutar de los espectaculares vuelos de los grupos de grullas, que según la organización ecologista es "una de las imágenes más impresionantes que da la naturaleza".

Los últimos estudios realizados señalan que unas 70.000 grullas pasan el invierno en Extremadura repartidas a lo largo y ancho de la región en más de cuarenta localidades diferentes.

Pero el viaje de las grullas hasta Extremadura es en realidad un largo y tradicional peregrinaje que en ocasiones supera las tres semanas de duración en las que se recorren más de 2.500 kilómetros.

El imaginario punto de partida del grupo se localiza en el Lago Hornborga, en Suecia, donde se concentran la mayor parte de las grullas de los países bálticos. Después continúan su vuelo hasta la isla de Rügen, en Alemania, para seguir hasta los Pirineos, su principal barrera natural. Tras un descanso en la Laguna de Gallocanta, en Aragón, sobrevuelan las mesetas españolas y aterrizan por fin en Extremadura, donde se refugian hasta que pasa el invierno.

El hecho de que Extremadura sea la tradicional región de invernadas de estas aves viajeras llevó a Adenex desarrollar en 1998 el Programa para la Conservación de los Hábitats de Invernada de la Grulla Común, a través del cual se estableció la primera Red de Reservas Biológicas para las Grullas en España, con 9.176 hectáreas en las mejores zonas de invernada.

De forma paralela Adenex está trabajando en el Proyecto Grulla, que se ha marcado cinco objetivos prioritarios: actualizar y mejorar los conocimientos sobre el tamaño de la población de grullas; estudiar su procedencia a través de las anillas y el radioseguimiento; obtener información sobre sus preferencias de hábitat; evaluar y denunciar las alteraciones sobre su hábitat; y mejorar la sensibilización pública hacia estas aves.