El sol mañanero en Badajoz molestaba a la vista, sobre todo a la de centenares de rezagados que no se habían ido a dormir en toda la noche, una noche desapacible que se inició lloviendo pero que milagrosamente amaneció con un día radiante y ni una sola nube. Miles de pacenses aprovecharon el día despejado para acercarse a San Roque y presenciar la comitiva fúnebre del Entierro de la Sardina, seguida del rítmico y espectacular desfile en el que participaron un total de 17 comparsas, que lucieron así por última vez sus galas.

Una sardina plateada de ojos azules en su caja de plástico transparente iniciaba el recorrido, acompañada de un papa con aparente buena salud, que bebía en un caliz compartido con varios obispos (en realidad era un trofeo deportivo) y viudas travestidas. Detrás, la peña El Barril (las Mary Poppins) y a buen ritmo, cientos de comparseros, que animaron de punta a punta la avenida Ricardo Carapeto, al olor de las sardinas asadas y la panceta servidas en las numerosas barras instaladas en la calle para la ocasión.

Al mediodía la Asociación de Vecinos de San Roque tenía preparados 750 kilos de sardinas para repartir, con 25 arrobas de vino y ya por la mañana distribuyeron 100 kilos de perrunillas, anís y migas con café.

El presidente de la asociación vecinal, Ramón Olivenza, comentaba orgulloso que el martes en San Roque se consolida y cada año acude más gente. Esta vez había una novedad en la entrega de los premios en metálico a las comparsas, que ellas mismas se repartirán y también se mandó un circular a todos los hosteleros de San Roque para que colaborasen.