El programa formativo para jóvenes desempleados y sin estudios de entre 18 y 25 años ha perdido por el camino al 40% de los alumnos que comenzaron el curso a mediados de noviembre. De poco ha servido la oportunidad de sacarse la Educación Secundaria Obligatoria en solo dos años --en lugar de 4 cursos--, ni la compensación de 1.000 euros al año por aprobar. El programa, conocido como la ESO de los 1.000 euros, ha perdido un número importante de alumnos, pero también ha servido para atraer a otros muchos a las aulas. Así lo reconoció ayer el secretario general de Educación, César Díez Solís, durante un acto público en Badajoz negando que hayan abandonado el 50% de los estudiantes de este programa como aseguró horas antes Comisiones Obreras.

La Consejería de Educación explicó que esta tasa de abandono no es diferente "a la que se viene registrando en la educación de adultos y responde a la casuística del alumnado, que no se puede comparar con la del alumnado menor de 16 años que cursa los estudios de ESO. En ambos casos esa tasa ronda el 40%". Así, teniendo en cuenta que estrenaron el plan 2.500 jóvenes, son alrededor de un millar los que han dejado las clases en estos 4 meses. Pese al abandono, la consejería insiste en que el plan ha sido un estímulo importante para duplicar el número de alumnos que acceden a la formación de adultos. "La novedad del plan y el motivo por el que está sirviendo de referencia en el resto del país es esa colaboración entre la Consejería de Empleo, Empresa e Innovación y la Consejería de Educación y Cultura para conseguir una mejor cualificación para los jóvenes desempleados". Díez Solís aseguró a EFE que "este programa se diseñó con vocación de pilotaje para ver la respuesta, y consideramos que ha tenido una aceptación magnífica".

Muchos de estos alumnos que hoy continúan en los centros de adultos, se están enfrentando a las primeras evaluaciones de las competencias lingüísticas, técnicas y sociales que se desarrollan durante esta semana "con total normalidad", añadió. Díez Solís recordó que en Extremadura son casi 8.000 los jóvenes que no tienen el título de ESO, lo que supone, a su juicio, un impedimento a la hora de encontrar un empleo, por ello, deseó con una mayor participación en años posteriores, confirmando así la continuidad de este plan formativo de nuevo criticado ayer por CCOO: "Es improvisado, desafortunada y no está logrando los resultados esperados".