Uno de los hechos más relevantes en la minería extremeña durante el pasado siglo es la aparición de las minas de uranio en los años cuarenta, asociada a la apertura de las nucleares y al desarrollo también en diversos países de armamento nuclear. Ratones y Perdices en Albalá, o Lobo en La Haba, así como Cabra Baja, son muestra de este interés, que decae en los setenta y ochenta al descubrirse yacimientos más rentables en otros lugares del mundo. Según Majín Murillo, presidente de la Sociedad Geológica Extremeña, los principales yacimientos de uranio en estos momentos en la región serían estas antiguas minas y los batolitos graníticos.