TPtertenece a una generación de poetas nacidos de la época dorada del semidistrito universitario de Cáceres, que tuvieron profesores de la talla de Senabre y Rozas. Entre su obra poética se hallan títulos tan notables como De tu nombre y la tierra (1984), con el que ganó el premio Adolfo Vargas Cienfuegos; Noche oscura del alma (1984), premio Juan Manuel Rozas; Oscuro acantilado (1986), Nocturno (1989), premio Ciudad de Badajoz; El rostro de la piedra (1993), Impura claridad (1995), Poemas del cuerpo (1999) y Del animal y su culpa . Sentimiento en estado puro que arrastra al lector hasta la hondura más entrañable de la creación poética.

--¿Quién es María José Flores?

--Creo que es muy difícil llegar a conocerse, a saber quién somos realmente; tan difícil como conocer de verdad a los demás. Al menos, para mí, es así. Sólo puedo decirte que soy una mujer compleja, y al mismo tiempo, muy sencilla. Y que soy testaruda y peleona.

--¿Italia te mantendrá lejos de nosotros por mucho tiempo?

--Bueno, va a depender mucho de si L'Aquila, la ciudad en la que vivo desde 2002, se recupera, por fin, y bien, del terrible terremoto de 2009 o no: es algo que condicionará inevitablemente mi futuro profesional. Yo me siento en un momento vital de gran apertura al cambio, y no excluyo nada.

--¿Qué supone ser miembro de la Real Academia de las Artes y las Letras?

--En realidad nada, pero me alegra y enorgullece.

--¿La poesía es "Un ardiente rumor como de labios"?

--Sí, tal vez la poesía sea ese ardiente rumor de la noche, de lo profundo y de lo oculto al que me refiero en el verso que citas. O, al menos, por lo que se refiere a mis versos que, como ya dicho en otra ocasión, nacen de lo más hondo y misterioso de mí; de la resonancia, en mi interior, de una palabra o de una imagen que evocan lo perdido, lo soñado, lo intuido; a veces, de un sentimiento o de una reflexión que necesitan ser nombrados; siempre de la necesidad de ir más allá de mí, y de un profundo silencio y recogimiento interiores; para mí, el único modo justo de acercarme, sin violarlo, al misterio de la creación poética, que es, en definitiva, el misterio de la vida.

--¿Escribir es una búsqueda secreta de la inmortalidad?

--Digamos que sí, que escribir es una búsqueda (como creo que también lo es vivir). Quizá no, o no siempre, de la inmortalidad, pero sí de pequeñas o grandes verdades, de caminos, de eso que somos, y búsqueda de la palabra esencial, de esa palabra en la que la emoción se une al pensamiento, reveladora y necesaria. Una forma privilegiada de reflexión y de conocimiento, quizá también de existencia. Búsqueda que es, a menudo, pregunta, y no siempre, respuesta.

--¿Internet es una ventana a la edición o la guillotina de la creación?

--Internet nos pone al alcance de la mano una infinidad de documentos, voces, textos, espacios, imágenes... que hace años habría sido muy difícil, cuando no imposible, consultar o conocer. Creo que puede ser un instrumento muy útil y, en principio, no veo razones para considerarlo incompatible con la creación.

--¿El escritor debe estar al margen de la política o la escritura puede ser un arma de compromiso político?

--Creo que toda gran escritura, que toda verdadera escritura es inevitablemente "política", o mejor, ideológica, porque en su centro está lo humano, el hombre y sus relaciones con los otros y con las naturaleza, y sus conflictos, y sus sueños; su lucha, su fe, la pasión por la libertad, por la justicia... Y el escritor, voluntaria o involuntariamente, lo refleja, a través de su mirada, en su obra. Como saben bien las grandes y pequeñas dictaduras, los amantes del poder y del pensamiento absolutos, civil y religioso. Pocas cosas hay más peligrosas que un libro.

--Un recuerdo de tu infancia en Burguillos del Cerro.

--La luz, el paisaje: una naturaleza que es para mí el centro del mundo, de mi mundo, y el poso de mi memoria, que es como decir de mí misma, y que creo que ha moldeado mi sensibilidad. Y el recuerdo de mis padres, que ya no están; un recuerdo que no me abandona nunca, que crece con los días.

--Un viaje inolvidable.

--Camino de Santiago, en julio de 2010. Con mi hermana Paulina (la estupenda organizadora) y la más pequeña de sus hijas, Natalia. Muy interesante y divertido. Galia es tan hermosa, ¿verdad? Además, aproveché la caminata para intentar dejar de fumar, y aunque me costó luego mucho esfuerzo y tiempo, fue un paso muy importante, porque lo conseguí.

--Un reto como escritora.

--Ser capaz de contar las historias que siento que tengo que contar, en prosa. Este es mi gran reto, y sé que ahora o nunca, pero no sé si tendré el talento necesario y la suficiente confianza en mí misma. Ya veremos.

--Una reflexión ante la vida.

--Lo primero que se me ocurre pensar, porque es una idea que a veces me viene a la cabeza, es que vivir es difícil, ¿no? Hay que aprender a aceptar que todo es una despedida, una continua pérdida, el tiempo pasa casi sin que nos demos cuenta, y las culpas, los remordimientos por lo que hicimos o dejamos de hacer, todo ese peso que llevamos encima- No es fácil. Duele. Aunque a lo mejor deberíamos simplemente darle menos vueltas a las cosas y dejarnos llevar más por la vida, que es difícil, como digo, pero también tan sorprendente, tan extraordinaria y hermosa, a veces. He conocido, conozco, a verdaderos enamorados de la vida. No sé si los entiendo, pero los envidio.

--Una canción que recuerdas con cariño.

--Se titula La vida sin ti , una canción con un ritmo precioso, y con una mezcla de tristeza y vitalidad, de dolor y esperanza, muy emocionante. La escuché este verano en Burguillos, en el mesón 'Las Tablas', que es un sitio muy especial, como Tasi, su dueño. La cantaron estupendamente Isidoro y el Naranjero. Me recuerda un momento muy bonito, y, a veces, casi sin darme cuenta, la canturreo.

--Un rincón donde sentir la paz.

--Me gusta mucho el campo y, sobre todo, la cercanía, para mí fraterna, de los árboles, de los grandes árboles. Y, a veces, siento también una gran paz cerca del mar, casi en soledad.

--Un libro de cabecera.

--Ha ido cambiando con los años y conmigo. Ultimamente, me estoy dedicando a las memorias. Es un género que siempre me ha gustado.

--¿Cómo te gustaría que te recordaran?

--Con cariño

--Un lugar donde reposar para siempre.

--En Burguillos. En la tierra, al solito.