La misteriosa desaparición de Rafa ha finalizado. Está sano y salvo. Después de que en Fuente de Cantos se vivieran momentos de angustia y de que la Guardia Civil, la policía y todo el pueblo se volcaran en su búsqueda, Rafael Valiente Tomillo, un conocido hostelero de la localidad, regresó a casa en la noche del domingo, cinco días después de su marcha. Qué le llevó a apartarse temporalmente de los suyos y tener en vilo a todo un pueblo: solo él lo sabe.

Todo empezó empezó el pasado martes, cuando le dijo a su esposa que se dirigía a su local de trabajo, su bar, el bar Rafa, que regenta en una céntrica calle del pueblo. Tras cruzarse con unos amigos Rafael desapareció sin previo aviso.

Pasados dos días, tras no aparecer por su casa, su mujer alertó a los cuerpos de seguridad del desconocimiento total del paradero de su marido. Estos, superadas las 48 horas de espera obligatorias para que se pueda hacer pública la desaparición, procedieron a darla a conocer a medios de comunicación y ciudadanos, a los que informaron de la indumentaria que vestía el desaparecido y todos los datos de su vehículo monovolumen, con el cual presuntamente se había ido.

Ese mismo día, la alcaldesa, Maximina Delgado, anunció que se había recibido una llamada desde número privado de una persona que aseguraba ser hostelero de Zaragoza y haber hospedado a alguien con las características del desaparecido la noche del miércoles.

Mientras todo esto ocurría, vecinos y familiares se esmeraban en la búsqueda del conocido hostelero tanto por las zonas aledañas a Fuente de Cantos como por toda la comarca, todo ello sin salir del asombro, pues es una persona ejemplar, con una vida estable y sin aparentes problemas familiares.

Después de haber tenido en vilo a familiares, Guardia Civil y vecinos durante cinco días, Rafael Valiente, regresó a su domicilio la noche del pasado domingo, según ha informado el consistorio fuentecanteño.

En Sevilla

La Guardia Civil localizó su vehículo en el aeropuerto de San Pablo, en Sevilla, el pasado fin de semana, y tras muchos intentos fallidos por parte de la familia por contactar con él, el hostelero accedió finalmente a comunicarse con ellos.

Según fuentes cercanas a la familia, tras una larga charla convencieron a Rafael para que volviera a su localidad, desde donde partió sin motivo aparente a las cinco de la tarde del pasado martes con rumbo a Zaragoza, como después se ha confirmado.

Las causas de su marcha siguen sin respuestas claras hasta el momento. La familia afirma sentirse feliz por su regreso y quiere olvidar este suceso cuanto antes, según atestiguan fuentes cercanas a la familia, y únicamente se afanan en agradecer el esfuerzo que una gran parte de los ciudadanos de la localidad hizo por encontrar a Rafael, con pegadas de carteles por los pueblos cercanos y colaborando en todo lo necesario.

Tras el principio de consternación que vivió la familia y el pueblo, ya que como se ha dicho es un conocido y apreciado vecino, todo parece estar volviendo a la normalidad progresivamente.

Amigos y paisanos esperan verle tras la barra de su célebre bar de nuevo en pocos días.