La mitad de la maquinaria contra las plagas en Extremadura no ha pasado aún la nueva ‘ITV’

Todos los equipos pendientes de esta revisión urgente tienen más de cinco años de antigüedad. Es sobre los primeros que se ha puesto el foco porque, por su antigüedad pueden presentar más problemas. Para los que tienen menos de cinco años esta revisión no es obligatoria hasta que alcancen el lustro de funcionamiento, al menos hasta el año 2019. A partir de ese momento, los periodos se acortan y las inspecciones serán obligatorias cada tres años, según los plazos que ha definido Europa.

Las nuevas estrategias de la Unión Europea sobre salud de los consumidores y seguridad en el medio ambiente establecen que para reducir riesgos derivados del uso de productos fitosanitarios es necesario, entre otras cuestiones, utilizar equipos de aplicación de productos plaguicidas que funcionen correctamente, que garanticen la exactitud en la distribución y dosificación del producto y que no tengan fugas en el llenado, vaciado y mantenimiento de la maquinaria.

Hasta ahora este tipo de inspecciones solo eran obligatorias para los agricultores que recibían algún tipo de ayuda agroambiental, pero la nueva norma europea, que se traspuso a la normativa nacional y autonómica hace dos años lo ha extendido con carácter general. En Extremadura, la obligatoriedad quedó recogida en el Decreto 243/2014 de 18 de noviembre que se regula el sistema de inspecciones periódicas de los equipos de aplicación de productos plaguicidas.

MÁS TIEMPO/ Cooperaivas Agroalimentarias de Extremadura cuenta con un equipo que está realizando este tipo de inspecciones en sus cooperativas, pero también a otros ganaderos, organizando un calendario para ello. «Vamos a pedir una ampliación del plazo porque hay muchos asociados que no han pasado aún la inspección», concreta Emilio de Torres, gerente de Cooperativas Agroalimentarias de Extremadura, que sitúa en un 50% los equipos por revisar.

Aunque el plazo se conocía desde hace más de dos años, las inspecciones no se han puesto en marcha hasta hace diez meses y en Extremadura estas no han llegado por el momento más que a la mitad de las máquinas que deben superarlas. Y no es un problema exclusivo de la región, porque en otras como Andalucía se han iniciado este verano y quedan aún dos terceras partes por inspeccionar.

La dinámica de estos nuevos controles se asemeja a los que deben pasar de forma ordinaria los vehículos, la ITV. «Aunque es mucho más grave el percance que un vehículo puede tener por no pasar la inspección que las consecuencias de que no las pasen los equipos de plaguicidas», recuerda De Torres. El objetivo en este caso es reducir las emisiones al medioambiente y también ahorrar costes al productor.

Al contrario que con la ITV de vehículos, en la inspección de equipos fitosanitarios no se paga un precio público, sino que son las empresas que realizan este tipo de trabajos las que lo fijan y rondan los 70 euros.

La proceso se inicia con una primera revisión, tras la que se entrega a su titular un boletín con el resultado, que puede ser favorable o desfavorable. Si no supera esa primera inspección se da un plazo de 30 días para que resuelvan el problema y se pase una segunda inspección. Si en este caso tampoco lo supera, habría que iniciar de nuevo todo el proceso, siempre que se quiera mantener la actividad de la maquinaria, ya que esta no se puede utilizar sin superar esta revisión. En el caso de que el resultado sea desfavorable y no se quiera pasar por una nueva revisión, el titular de la máquina debe darla de baja del Registro Oficial de Maquinaria Agrícola (ROMA) y destinarla a chatarra. De las inspecciones que se han pasado hasta el momento solo 49 equipos han terminado en la chatarra, según los datos de la Junta.