El discurso del martes del presidente José Antonio Monago ha originado una cascada de reacciones tanto dentro como fuera de Extremadura. La rebaja del IRPF anunciada durante la primera sesión del Debate sobre el Estado de la Región ha despertado recelos en otras autonomías, que ayer cuestionaban esta medida que beneficiará al 90% de los contribuyentes extremeños. Ante las diversas reacciones, Monago pidió ayer prudencia a los líderes autonómicos, advirtió que nadie le ha regalado nada, que es posible gracias a un ajuste de 500 millones que han "soportado" los extremeños, y añadió que Mariano Rajoy "estará totalmente de acuerdo" en la rebaja del impuesto porque se basa en la estabilidad de las cuentas.

Con estas palabras el presidente extremeño salió al paso de las dispares reacciones de las autonomías. En Madrid o Cantabria no descartan acciones similares cuando "haya un mínimo margen", mientras Cataluña o Baleares se escudan en el modelo de financiación autonómica y el perjuicio que les ocasiona como argumento para no bajarlos. "Lástima que tenga una situación financiera distinta, lástima que tenga un sistema de financiación distinto y que me repercuta negativamente y a otros positivamente. Ya me gustaría a mí poder bajar impuestos", indicó ayer el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida. El primer secretario del Partido Socialista catalán, Pere Navarro, acusó a Monago de "engañar" a los ciudadanos porque la rebaja que aplicará es "muy limitada" y por contra no ha subido los impuestos a las rentas más altas, "algo que es contradictorio". Añadió que "esta medida es injusta cuando hay ciudadanos de otros territorios que están haciendo un esfuerzo de solidaridad con Extremadura".

"MUCHO RUIDO..." Distinta es la reacción del presidente de Madrid, Ignacio González, que avanzó que él también bajará el IRPF "cuando exista el más mínimo margen para hacerlo". Otras regiones como Andalucía y Asturias, gobernadas por el PSOE, también criticaron la decisión de Monago por entender que es "populista", "incompleta", propia de un "hombre-anuncio" y de tener "mucho ruido y pocas nueces". "El presidente extremeño se ha apuntado un buen tanto y se ha revelado como un buen discípulo de Aznar", precisó el portavoz de IU en el Parlamento andaluz, José Antonio Castro. En la misma línea se expresó el gobierno asturiano. La manera de Monago de entender la política "dista mucho de la seriedad con que debe abordarse la política fiscal", criticó el portavoz del Gobierno asturiano, Guillermo Martínez. Por su parte, el consejero de Hacienda de Castilla-La Mancha, Arturo Romaní, opinó que su comunidad tiene un enfoque distinto al de Extremadura y especificó que la rebaja fiscal se hará allí a los colectivos que necesitan mayor protección.

También el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, señaló que el Gobierno extremeño "puede decidir una bajada de impuestos gracias al margen inesperado que le ha venido dado por la devolución de un impuesto a los depósitos bancarios por valor de 240 millones de euros". El ministro recordó que España hará lo mismo cuando lo permitan las condiciones tal y como anunció ayer Cristóbal Montoro: "La próxima reforma fiscal será la reducción de la fiscalidad a los que menos renta tienen".

Como respuestas a todas estas reacciones, Monago explicó que la reducción del déficit ha permitido contar con un margen de 80 millones para poder bajar los impuestos. Criticó que se hable de solidaridad, cuando Extremadura es la región con menor renta per cápita de España y cuando se trata de reducir impuestos a rentas bajas. "Yo no digo que me pongan una medalla, pero que no se metan con el pueblo extremeño por hacer sus tareas".