José Antonio Monago tendrá que declarar por escrito sobre el accidente de autobús de Castuera (Badajoz), ocurrido en 2014, cuando era presidente de la Junta de Extremadura, y que costó la vida a cinco niños del equipo de fútbol del Monterrubio de la Serena.

En la apertura de la vista, la jueza del caso, Beatriz Miranda, ha rechazado que Monago testificara de forma oral y, en base a la Ley de Enjuiciamiento Criminal, le trasladará una serie de preguntas por escrito.

El abogado de la defensa, José Duarte, ha pedido varias pruebas periciales denegadas en su momento, como los discos de los 28 días anteriores al accidente para comprobar la velocidad a la que iba el conductor del autobús y la inspección ocular del lugar del siniestro.

También ha pedido conocer el "tráfico de llamadas" del conductor del autobús antes y después del accidente y la declaración en el juicio oral de Monago.

Antes de resolver estas últimas cuestiones previas, la jueza ha precisado a la defensa, que ha reclamado de forma insistente un "juicio justo", que había planteado veinte probatorios y sólo cuatro no se le habían admitidos.

La jueza ha denegado la pericial de las llamadas telefónicas y la inspección ocular, aunque no la ha descartado para más adelante si es necesaria, y ha permitido que se corrobore si el discograma es del día del accidente, no para comprobar la velocidad del autobús los días anteriores.

Miranda, que ha advertido a la defensa que el conductor del autobús figura en la causa como testigo y no como imputado, trasladará las preguntas a Monago aunque tiene "dudas" de su utilidad.

En concreto, si Monago tenía relación de vecindad y de amistad con el conductor del autobús, si es cierto que había un contrato de transporte escolar de la Junta de Extremadura por el que se daba servicio en esa ruta y con quién se entrevistó al llegar al lugar del accidente y qué tipo de "instrucciones" dio, si es que dio alguna.

Además, se le preguntará sobre el estado del conductor del autobús y si oyó a decir a la Cruz Roja que "no había visto la máquina" y que prefería "haberse matado él", en palabras del abogado de la defensa.

Monago deberá responder también a si vio cómo estaban las ruedas del microbús y si alguien impidió que se le hiciera algún tipo de prueba al conductor de este vehículo, ya que no consta, según Duarte, que se le hiciera el test de alcohol.

La defensa desea saber, además, si cuando Monago llegó al hospital oyó decir al conductor del autobús que iba a 80 kilómetros por hora en el momento del accidente -el límite era de 70-.

Asimismo, deberá responder a por qué la Junta de Extremadura se personó como acusación popular, cuando no podía hacerlo, de ahí que se denegara, ha indicado Duarte, quien ha reiterado que el "causante del accidente" es el conductor del autobús.

A juicio del fiscal, Diego Yebra, la defensa trata de convertir la vista en un "circo mediático", porque ya está la Guardia Civil para contestar a lo que se hizo esa noche, en la que el conductor dio "cero" en la prueba de alcohol.

Una de las acusaciones ha aprovechado para plantear otra pregunta a Monago: si vio al conductor de la retroexcavadora y, en caso afirmativo, cómo estaba.

Sobre el cuestionario a Monago que ha sido admitido por la jueza del Penal nº 1 de Don Benito, el abogado del conductor del autobús, Enrique Olea, ha lamentado que la defensa haya conseguido lo que quería, "alargar el proceso".

En declaraciones a los medios tras concluir la primera sesión del juicio, Olea se ha quejado de que Duarte pretenda imputar a su cliente en base a la "teoría de la velocidad", como si ésta fuera la causa del accidente, y no ha querido entrar en si se persigue politizar el caso.

La vista se reanudará este jueves, para que puedan llegar las respuestas de Monago, con la declaración del único acusado, el conductor de la retroexccavadora, para el que se piden cuatro años de cárcel.

También declarará ese día el conductor del autobús en calidad de testigo.