No se podrá pasear por el parque con el perro suelto, ni utilizar radios o megáfonos que puedan perturbar la tranquilidad del paraje. Tampoco estará permitido montar bicicletas ni a caballo fuera de los caminos de uso público y se prohibirá el acceso de motocicletas y quads salvo que circulen únicamente por la carretera principal. Por no poder no se podrá ni practicar deportes de aventura. Así, tal cual, aparece recogido en el último borrador del futuro Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional de Monfragüe, el documento que regulará las actividades y aprovechamientos que estarán permitidos y prohibidos en el interior del espacio natural protegido más importante que tiene la comunidad autónoma.

El Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) continúa en elaboración a pesar de que ya han pasado casi cinco años desde la declaración de Monfragüe como Parque Nacional. La normativa contempla un plazo máximo de dos años, sin embargo la aprobación del texto sigue demorándose sin que las autoridades se atrevan a fijar una fecha concreta para su finalización. En este sentido, la dirección del parque siempre ha defendido que prefiere retrasarse cuanto sea necesario, de manera que se consiga poner de acuerdo a todas las partes y elaborar un PRUG "bien hecho", antes que cumplir con los plazos y presentar un documento con lagunas y sin consenso.

La última reunión del Patronato del Parque Nacional de Monfragüe, del que forman parte la Junta, el Gobierno central, la Diputación de Cáceres, los ayuntamientos del entorno, los propietarios de las fincas y distintas asociaciones agrarias, sociales y conservacionistas, se ha reunido este mes. Este es el órgano que debe aprobar el documento final. Sin embargo en el último encuentro apenas se han producido avances. En él se presentó la última propuesta de borrador a los nuevos representantes de las administraciones elegidos tras las elecciones autonómicas y municipales del 20 de mayo. Y se acordó que en la próxima reunión, prevista para finales de año, se presenten propuestas para intentar mejorarlo. De esta forma, Monfragüe cerrará otro año, el 2011, sin PRUG.

El documento provisional actual presenta aspectos curiosos, como las restricciones de uso de motos y quads, o las que afectan a bicicletas y caballos, que solo podrán transitar por los caminos de uso público y no podrán improvisar rutas alternativas ni utilizar otro tipo de senderos y vías. En el ámbito de las prohibiciones destacan el veto a las acampadas libres y a hacer fuego, bañarse en las aguas del Tajo, verter o enterrar basuras y escombros, e incluso la realización de dibujos y señales en los elementos naturales (árboles, piedras), culturales (puentes, edificios), informativos e interpretativos (paneles y señales, por ejemplo).

En cuanto a aprovechamientos económicos, el PRUG pretende restringirlos. Así, se prohíbe la pesca (salvo autorización para capturar especies exóticas), la caza (salvo las acciones permitidas por la Administración para frenar la superpoblación de ciervos y jabalís), y el pastoreo si se supera la carga ganadera máxima que puede soportar el espacio. Tampoco se permitiría la extracción de áridos y las maniobras militares. En cuanto a agricultura, solo se podrán sembrar cultivos de secano, sin semillas orgánicas ni biocidas y cerramientos permanentes. La saca de corcho únicamente se podrá realizar del 1 de julio al 31 de agosto y serán "autorizables" la apicultura y la ampliación ganadera siempre que no se superen las explotaciones y la carga existente cuando Monfragüe fue declarado Parque Nacional.

Medidas de conservación

Pero no todo son restricciones en el PRUG. El borrador plantea diversas medidas orientadas a mejorar la conservación de la flora y la fauna del paraje. Así recoge la realización de un estudio sobre especies invasoras, con el objetivo de poner en marcha programas para su erradicación (con el muflón y el gamo como especies prioritarias); terminar el proceso de supresión de las zonas de eucaliptos; aumentar las poblaciones de conejo y perdiz con vistas a la "futura" reintroducción del lince ibérico y la conservación del águila imperial; o el enterramiento de los tendidos eléctricos de Mirabel y la finca Las Cansinas. También propone realizar un estudio censal sobre las especies amenazadas que viven en Monfragüe, aunque todas estas medidas aún pueden ser revisadas antes de la aprobación del PRUG, que como muy pronto recibirá luz verde el próximo año.