Las Monjas, de Torremejías repiten por segundo año el primer premio en el desfile de comparsas. El segundo premio fue para el grupo de Montijo La Pava and company; en tercer lugar quedó Wailuku, y en cuarto Vas como quieres. El quinto premio fue compartido entre las comparas Caribe y Lingotes.

En la categoría de estandarte, el primer premio fue compartido entre La Kochera y Yuyubas. El segundo fue para Desertores y el tercero, también compartido, para Zagora Zagora y Balumba. En artefactos, repitió premio Los Andobas.

El jurado otorgó sus premios después de un desfile en el que además de los cerca de 3.500 comparseros que participaron, el protagonista fue el sol. A diferencia del 2008, cuando los grupos acabaron literalmente pasados por agua, este año no han tenido que mirar al cielo, la climatología les ha dado una tregua y las comparsas pudieron resarcirse del chaparrón del 2008. "Preferimos pasar calor que la lluvia del año pasado", decía Francisco Moreno, presidente de la comparsa Wailuku, poco antes de iniciar el recorrido.

A las cuatro en punto los tambores de Siempre los Mismos --con un traje de inspiración guerrera para cuya confección han utilizado muchos materiales reciclados-- comenzaron a sonar. Este año, como se determinó por sorteo, era esta comparsa de Puebla de la Calzada la encargada de abrir el desfile. Tras ella, y como siempre, en segundo lugar, la Comparsa Colorido sobre Ruedas, de Aspaceba, cuyos componentes estaban "contentísimos" después de que el año pasado tuvieran que quedarse en casa por la lluvia. Con ellas, fueron 41 las comparsas que ayer recorrieron las calles de Badajoz.

Color, plumas, lentejuelas, grandes sombreros, cuidados estandartes y complementos. A pesar de la crisis, los comparseros no han escatimado en sus trajes y la inmensa mayoría de los grupos ha invertido el mismo dinero que otros años.. "El Carnaval no entiende de crisis", decían algunos de los participantes.

Para otros, en cambio, la actual situación económica ha sido motivo de inspiración. Los miembros de la murga La Kochera entierran la crisis iban de sepultureros y viudas. "Nosotros nunca nos gastamos más de 35 euros en el disfraz", comentaban algunos de sus componentes.

Aunque ninguna comparsa es igual a otra, en un repaso rápido se pueden agrupar en dos grandes grupos: las que optan por trajes más llamativos, con gorros y apéndices de gran tamaño, y las que se decantan por trajes más divertidos, dejando atrás las lentejuelas. Ayer se pudieron ver a agrupaciones que se caracterizan por esos estilos, pero también diseños sobrios, en algunos casos con solo dos colores, el blanco y el negro.

Aunque la crisis ha causado bajas en algunas comparsas --otras se han mantenido, como Moracantana, la más numerosa con 170 componentes--, el entusiasmo de los participantes y la vistosidad de sus trajes y coreografías hicieron que este dato pasase desapercibido para las miles de personas que se apostaron a lo largo de todo el recorrido --desde Santa Marina hasta la plaza de Dragones Hernán Cortés--, que se prolongó durante cinco horas.

ARTEFACTOS Pero no solo las comparsas se lucen en el desfile, también participan artefactos y grupos menores. Como ya acordó el año pasado la organización, los artefactos preceden a las comparsas en el recorrido, con el camión de la Brigada Antiardores a la cabeza. Este año estaban inscritos 18 grupos en esta categoría, aunque a última hora alguno no acudió a la cita. Los que si lo hicieron, salieron dispuestos a ir calentando el ambiente con la música de sus vehículos, megáfonos y en algún caso hasta con barbacoa incorporada (Los Waltrapas).

Además de los responsables de la Concejalía de Festejos, 26 monitores (8 más que el año pasado) se encargaron de las tareas de coordinación del desfile. El ayuntamiento también acordó con la empresa que instala las sillas a lo largo del recorrido que el precio por ocupar uno de estos asientos fuera de 2 euros, 50 céntimos menos que en el 2008.

El desfile de Carnaval, según la policía local, se desarrolló sin incidentes reseñables.