Según los datos del Ministerio de Medio Ambiente referentes a los incendios del pasado año, hasta el 1 de octubre del 2006 se habían quemado en Extremadura casi 1.300 hectáreas de bosque y otras 2.900 de matorral y monte bajo. En la contabilización no figuran las hectáreas de pastos quemadas, ya que, según Medio Ambiente, la Junta no facilitó los datos.

El incendio más importante del pasado verano fue el que se inició el 12 de agosto en Carrascalejo. Según los datos que maneja Greenpeace, este fuego, que se desplazó hacia la provincia de Toledo, arrasó en torno a 4.000 hectáreas.

Justo un mes antes, en Cañaveral tuvo lugar otro incendio que arrasó más de 2.000 hectáreas, algunas situadas en parajes de gran importancia ecológica.