Estabilidad. Es el calificativo en el que coinciden los expertos para explicar la baja tasa de morosidad en los pagos de alquileres de vivienda en Extremadura, en comparación con el resto de España. De hecho, la región ocupa el último puesto en el índice de morosidad por comunidades autónomas, según recoge el XI estudio elaborado por el FIM (Fichero de Inquilinos Morosos) en Arrendamientos Urbanos.

La media de morosidad en Extremadura alcanzó los 3.427,34 euros en 2018, lo que supone una subida del 1,82% con respecto al año anterior. El incremento se vio empujado por la provincia de Badajoz, donde la subida fue del 3,73% (3.579,73 €), mientras que en Cáceres descendió ligeramente en un 0,90% (3.253,95 €). Estas cifras quedan muy lejos de la media nacional, situada en los 6.185,68€, con un incremento del 5,6%.

Sergio Cardona, director de Estudios y Calidad del FIM apunta a dos motivos principales para este contraste: la diferencia en la renta y el trabajo de los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria: «La morosidad se ha ido incrementando por diversos motivos, los principales la renta y el esfuerzo. En ciudades como por ejemplo Madrid y Barcelona es más alto el precio y la renta, mientras que en Extremadura esto no es así», explica Cardona. «También, los API trabajan con nosotros y son muy activos para prevenir la morosidad e informar. Están muy implicados tanto en Cáceres como en Badajoz», añade.

Francisco Marroquín, presidente del Colegio API en Cáceres, afirma que tanto en la capital como en la provincia se da uno de los mercados más estables y con menos morosidad del país y enumera varios factores: «Primero por la propia mentalidad del cacereño. También que los precios no son muy caros, suponen un 28-30% de los ingresos, muy por debajo de la tasa de esfuerzo de una hipoteca. En la provincia puede haber zonas como Miajadas o Campo Arañuelo en las que haya un poco más de inestabilidad por los trabajos de temporero pero nada reseñable», asegura.

«En Extremadura todo llega más tarde, cuando el resto de España estornuda, aquí más tarde nos constipamos», afirma por su parte Adolfo del Molino, presidente del Colegio API Badajoz.

Del Molino cree que a la larga la morosidad se equiparará con el resto del país: «Cuando falta dinero nadie deja de comer, se deja de pagar el alquiler», dice.

Los dos colegiados ponen en valor la labor que hacen los API para prevenir la morosidad: «Hacemos una labor de investigación, averiguaciones sobre el inquilino que va a arrendar la vivienda», dice Del Molino.

«Trabajamos para que haya un contrato claro, sin cláusulas oscuras ni difusas, que tengan toda la información, sobre el procedimiento y los riesgos», tercia Marroquín.

Junto a Cardona, los expertos coinciden en que no hay un perfil claro del moroso, pero sí de su situación: o lo es por necesidad o se trata de un profesional. Del mismo modo, también creen que la morosidad continuará en aumento.