Un cachorro de lince ibérico de la camada de Omeya, del centro de cría en cautividad del lince ibérico de Zarza de Granadilla, murió hace unos días debido al periodo agonístico que tiene esta especie a partir de la cuarta semana de vida.

Uno de los aspectos más delicados en el desarrollo de los cachorros de lince ibérico es ese periodo, momento en el que tienen lugar unas peleas muy agresivas entre hermanos de camada que pueden llegar a provocar la muerte de alguno de ellos, bien por las heridas sufridas por sus propios hermanos o por la madre al intentar separarlos.

Así ocurrió en 2005 con la primera camada nacida en cautividad, cuando Brecina murió por estas peleas con sus hermanos de camada, según indicaron los técnicos del Programa de Conservación Ex-situ del lince ibérico.

Durante este periodo el seguimiento a través del sistema de videovigilancia en los centros de cría es muy importante, para poder detectarlas y observar el comportamiento de la madre separando a los cachorros, con el objetivo de intervenir en el caso que peligrara la vida de alguno de ellos.

Este fin de semana se produjo este suceso tan rápido que no permitió la actuación del personal del centro para intentar intervenir en la pelea. «Al retirar el cadáver del cachorro se pudo comprobar la existencia de dos orificios de colmillo en el cuello, de un diámetro y profundidad que coinciden con los de un ejemplar adulto, por lo que parece ser que fue la madre quien hirió de muerte», detallaron los técnicos.

Esta semana se procederá a realizar la necropsia del ejemplar para determinar con exactitud la causa de la muerte.

Los demás cachorros de lince que han nacido esta temporada, y sus madres, siguen en buen estado y de momento no han presentado complicaciones. Además, en las próximas semanas nacerán nuevos cachorros, según confirmaron los responsables del programa de cría en cautividad, tanto en el centro de Zarza como en el resto del país.