Extremadura cerró el 2018 con 351 accidentes con víctimas en las carreteras autonómicas, que causaron 13 fallecidos, la mitad que en el año anterior. Además, se registraron 54 heridos graves y 469 leves, según los datos avanzó ayer la consejera de Economía e Infraestructuras, Olga García, durante la reunión en Mérida del Observatorio Regional de la Seguridad Vial. La consejera señaló que aunque el dato «favorable» es que la mortalidad en las carreteras extremeñas en un solo año se haya reducido a la mitad, «cada fallecido en carretera es una tragedia», por lo que incidió en que resulta necesario seguir insistiendo en desarrollar políticas viales desde un enfoque global e integrado.

En total, en la región durante el 2018 se registraron 1.495 accidentes, de los que 351 resultaron con víctimas, igual que en el 2017. De estas, 13 fueron accidentes con víctimas mortales que causaron 13 fallecidos. Por provincias, en la Badajoz se registraron 209 accidentes con nueve accidentes mortales y nueve fallecidos, mientras que en la de Cáceres se produjeron 142 accidentes con víctimas, cuatro de ellas mortales.

La mayoría de los accidentes, el 60%, se produjo por una salida de vía mientras otros 26% fue por colisión y un 9% corresponden a atropellos a peatones, según los datos facilitados ayer por la Junta en una nota de prensa.

El factor humano está detrás de la inmensa mayoría de los accidentes, precisó la consejera, ya que nueve de cada diez accidentes están vinculados a distracciones, velocidad inadecuada o al cansancio, dado que la mitad de los conductores no para a descansar. En este sentido, García advirtió de que un exceso en el tiempo de conducción puede generar fatiga y distracciones, aumentando el riesgo de sufrir o provocar un accidente. No utilizar el cinturón de seguridad, conducir bajo los efectos del alcohol o drogas, con el móvil al volante y/o no llevar el casco en la moto son otros actos que provocan accidentes y desgraciadamente en muchos casos la muerte. La consejera insistió en que un simple gesto como ponerse el cinturón, el casco o guardar el móvil puede salvar la vida en la carretera.

Asimismo, la titular de Economía e Infraestructuras manifestó que la siniestralidad vial es un fenómeno que afecta intensamente al conjunto de la sociedad, por los importantes costes directos e indirectos que conlleva. Por ello, aseguró, su análisis no puede ser simple ya que hay que tener en cuenta muchas variables como el vehículo, el conductor, la vía, la vigilancia o la legislación.

IMPLICACIÓN / García también destacado la implicación de todas las partes que intervienen en la seguridad vial de las carreteras, como agentes del cuerpo y fuerzas de la seguridad del Estado, servicios sanitarios, el 112, y los profesionales de la seguridad activa y pasiva de las carreteras, además de la concienciación de los ciudadanos. En su opinión, es una tarea compartida entre varias administraciones, que se aborda desde un enfoque global e integrado, con especial incidencia en la educación, la concienciación, la prevención y la vigilancia.