El mundo rural extremeño, ejemplificado en la comarca cacereña de Las Hurdes, reivindicó ayer la creación de normas específicas para «su realidad» y criticó que la «excesiva» normativa proteccionista y las prohibiciones no dejan a los pueblos desarrollarse «como deberían». Así lo puso de manifiesto el alcalde de Caminomorisco (Cáceres) y presidente del grupo de acción local ADIC-Hurdes, Gervasio Martín, en la apertura del Foro Reto Demográfico de Extremadura, que se desarrolló en la citada localidad.

En su intervención, Martín se refirió al reciente informe demográfico elaborado el Consejo Económico y Social de Extremadura (CES), en el que sitúa la magnitud del problema y los retos a los que se enfrenta, pero en el que concluye que la situación «no es catastrófica». «Creo que después de este informe tenemos motivos para el optimismo, pero también que ser conscientes de que a los hurdanos nos lo han puesto muy difícil», apuntó el alcalde e informa EFE.

A su juicio, los «excesos» de protección, las «innumerables» normativas medioambientales y urbanísticas no han dejado a los pueblos desarrollarse como deberían.

A modo de ejemplo, Martín indicó que en Las Hurdes únicamente existen 27 propiedades de más de diez hectáreas y un joven agricultor que quiere hacer una nave para sus colmenas necesita 7,5 hectáreas lo que resulta una «aberración». «Y si ese joven apicultor y su pareja quieren hacerse una vivienda se encuentran con limitaciones urbanísticas, porque aquí no tenemos terreno para construir, por lo que terminan en un pisito en Plasencia o Ciudad Rodrigo y ya no vuelven al pueblo y esto tiene mucho que ver con la despoblación», arguyó.

El primer edil exigió un cambio de normativas «ya que no puede ser la legislación igual para el pueblo que para la ciudad, porque Caminomorisco no es un igual que Llerena ni las zonas de llanura igual que las de montaña». «Creo firmemente que el problema de la despoblación tiene solución y por ello tenemos la obligación de implicarnos todos mucho más y no dejar las soluciones en manos de los urbanitas por muy buenas intenciones que tengan», afirmó.

El testigo de Gervasio Martín lo tomó el jefe del Ejecutivo extremeño, Guillermo Fernández Vara, que aseguró que la pérdida de población «no es un problema autóctono», ya que afecta a muchos lugares de España y del mundo «lo cual nos debe hacer pensar en soluciones, locales, regionales, nacionales y supranacionales».

«NO EXISTEN VARITAS MÁGICAS» / Vara agregó que «no existen varitas mágicas» porque la solución «es compleja, ya que hablamos de un cambio profundo de la sociedad hacia grandes concentraciones de habitantes donde el ocio juega un papel esencial y donde el sector servicios opera como elemento mayoritario a la hora de la empleabilidad».

El presidente extremeño subrayó que se pueden hacer muchas cosas que tienen que ver con las decisiones de los distintos gobiernos y poderes públicos, «y una de ellas es la dotación de servicios públicos». «Es una buena vacuna que la gente sepa que viviendo en cualquier lugar de la España interior va a tener acceso a una buena sanidad y educación para sus hijos». En este sentido, puso sobre la mesa la necesidad de establecer alguna clase de incentivo para que los profesionales sanitarios prefieran estar en las zonas rurales o fijarse en lo que han hecho otros países, al establecer exenciones fiscales a la hora de establecerse en un sitio u otro.

Vara también citó como medidas necesarias las comunicaciones y atraer empresas, «que es lo que hacemos ahora en Extremadura al cambiar leyes para poder hacer más fácil el emplazamiento de empresas», dijo.

Para Vara, también es importante «analizar y asumir que un futuro, más pronto que tarde, España tendrá que ser un país receptor de inmigración ordenada y organizada».