Un leopardo de Zimbabue, un tigre de Tailandia, un león de Sudáfrica, un ocelote de México, un guepardo de Namibia, un rinoceronte blanco de Angola, un lobo de Alaska, un mono de Camerún, un armadillo de Estados Unidos, un gato dorado africano de Liberia, un oso polar de Canadá, un cocodrilo de Tanzania y así hasta un total de 1.250 trofeos de caza de más de 420 especies diferentes.Es la colección del empresario con raíces extremeñas Marcial Gómez Sequeira, que próximamente se trasladará a Olivenza para albergar «el mayor museo de caza del mundo» en el Cuartel de Caballería, un edificio del siglo XVIII ubicado en pleno corazón del pueblo pacense.

El alcalde de Olivenza, Manuel Gómez Andrade, confirmó ayer a este diario que el pasado mes de marzo se firmó una «declaración de intenciones» para instalar la colección en Olivenza. «El dueño tiene raíces oliventinas y pudiendo elegir cualquier parte del mundo para hacerlo decidió hacerlo aquí», destacó el primer edil, que además señala que la muestra no solo gustará a la sociedad de cazadores de Olivenza (la más numerosa de Extremadura), sino que «el sector comercial y hostelero notarán sustancialmente el aumento de turistas». «Un museo cinegético de ese tamaño reúne con altísimo valor historia natural y un enorme potencial turístico que contribuirá sin duda al desarrollo del municipio», insistió Andrade.

Según una información publicada ayer en el diario El País, Marcial Gómez Sequeria guarda todos sus trofeos en la mansión donde reside en La Moraleja (Madrid), pero a sus 79 años ha decidido buscarles un mejor destino «para dejar el menor problema posible» a su mujer y sus hijas cuando se muera. El cazador, que calcula que ha pasado 11 años y tres meses de su vida pegando tiros con su rifle 300 Weatherby, ha sido presidente de Sanitas y directivo del Real Madrid. En el artículo se declara abiertamente franquista.

Inversión pública

Gómez Sequeria explica al diario nacional que se le ocurrió contactar con Fernández Vara, que es primo lejano suyo, para convertir sus animales disecados en un museo. El preacuerdo firmado en marzo incluye ceder la colección a una nueva fundación público-privada, calcular su valor económico y que las instituciones extremeñas hagan una inversión equivalente a la mitad de ese dinero. Según el propietario, la colección puede valer «decenas de millones de euros» (otras grandes exhibiciones cinetéticas del mundo, como el Museo de la Caza y la Naturaleza de París o el Museó del Sefardí Club Internacional, en Tucson (EEUU), no alcanzan las 420 especies diferentes que Gómez Sequeira ha capturado en sus cientos de expediciones al rededor del mundo). No obstante, dice, se está haciendo «una valoración prudente», que no sea superior a los 10 o 12 millones de euros, para que el presupuesto de la Junta de Extremadura tampoco sea excesivo. La polémica está servida.

Tras conocerse la noticia comenzaron los comentarios en las redes sociales.Uuna de las primeras en posicionarse radicalmente en contra fue la líder de Podemos en Extremadura, Irene de Miguel. «Vergonzoso e indignante que con dinero público de los extremeños y extremeñas se pretenda mantener esta colección de animales muertos de este señor franquista. ¡No podemos permitirlo!», escribió en su perfil de Twitter.