La economía y el empleo no ha sido lo único que ha caído durante el 2009 en Extremadura. También lo han hecho dos de los tres indicadores demográficos básicos: la natalidad y los matrimonios; mientras que las defunciones han experimentado una ligera subida. Es decir, durante el último año nacieron menos niños en la región, se celebraron menos bodas y hubo más muertes.

El aspecto más negativo es el descenso de la natalidad. Según los datos provisionales publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), durante el 2009 nacieron 10.385 niños en Extremadura. Esto supone un 4,2% menos que el año anterior, un ejercicio que había marcado un hito, porque con 10.843 alumbramientos la región alcanzó la cifra más alta de partos desde mediados de la década de los noventa. Pero el 2009 ha roto el optimismo marcado por el 2008. Con este descenso, la tasa bruta de natalidad sigue situándose entre las más bajas del país (9,61 nacimientos por cada 1.000 habitantes), por debajo de la media nacional (10,73) y solo superando a cinco autonomías (Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla y León y Galicia).

En cuanto a los matrimonios, en el 2009 también hubo un descenso de los enlaces conyugales. Se celebraron 4.772 bodas en Extremadura (321 menos que en el 2008). De ellas, solo 38 fueron entre personas del mismo sexo. Aunque sí destaca que uno de cada tres casamientos se realizaron exclusivamente por la vía civil. En este sentido, los extremeños demuestran que siguen prefiriendo el altar al juzgado o el ayuntamiento a la hora de formalizar su compromiso matrimonial, a diferencia de lo que ocurre en el conjunto del país. Porque en España el número de bodas civiles durante el 2009 ha sido superior al de las religiosas.

200 FALLECIMIENTOS MAS El otro aspecto que analiza el INE en su análisis del movimiento natural de la población son las defunciones. En Extremadura se registraron el año pasado 10.409 muertes, lo que supone un ligero aumento respecto al ejercicio anterior (153 fallecimientos más). En este apartado Extremadura también mantiene una tasa de mortalidad más elevada que la del conjunto del país, con 9,63 defunciones por cada mil habitantes, frente a una media nacional de 8,35 por cada mil. En este caso, como ocurre con los nacimientos, las regiones donde menor ha sido el peso de la inmigración durante los últimos años y donde se registra un mayor envejecimiento de la población son las que registran peores índices (por ejemplo: Asturias, Aragón, Cantabria, Castilla y León, Galicia o País Vasco).

Las tendencias de estos tres indicadores a nivel nacional son similares a las de Extremadura, salvo en la mortalidad, que en el conjunto nacional ha registrado un descenso respecto al 2008. Así, la natalidad en España ha caído un 5% durante el último año. En todo el país nacieron 492.931 niños. "El descenso en el número de nacimientos es resultado del efecto combinado de una reducción progresiva del número de mujeres en edad fértil y de una menor fecundidad. De hecho, el indicador de fecundidad (número medio de hijos por mujer) disminuyó hasta el 1,40, desde el 1,46 registrado en 2008", interpretan desde el Instituto de Estadística.

Este descenso de la natalidad reduce el crecimiento vegetativo positivo del país (variable que se calcula restando el número de defunciones al número de nacimientos). En Extremadura, de nuevo hay más muertes que alumbramientos.