Inscrita en 1464 como Cofradía de la Misericordia e incardinada en la parroquia de Santiago, su objetivo era dedicarse a obras de caridad y misericordia, daba cristiana sepultura a pobres e indigentes y junto a la Cofradía de la Paz y la Caridad asistía a las ejecuciones de los reos, atendía a su inhumación, exequias y sufragios. Acompañaban al preso desde la cárcel hasta el patíbulo y para ello existía una comitiva que abría un crucifijo del Cristo de los Milagros y seguían dos cofrades con hachas encendidas, el condenado, los justicias, y el resto de cofrades, que previamente habían salido por caminos, calles y plazas de Cáceres pidiendo limosna con el fin de atender los gastos de sepultura y de mortaja.

La cofradía tenía como titular a Nuestra Señora de la Misericordia y celebraba su fiesta el 8 de diciembre hasta que en 1609 se encargó a Tomás de la Huerta una talla de Jesús con la Cruz a cuestas para la procesión de los nazarenos por un importe de 300 reales. Ese año la cofradía estrenó el Nazareno con una procesión extraordinaria y desde entonces, y tras la aprobación del obispo de la diócesis, se denomina Cofradía de Nuestra Señora de la Misericordia y Jesús Nazareno.

Desde 1609 la procesión, que se celebra el Viernes Santo, sale con los dos titulares de la cofradía. Al despuntar el alba concurrían todos los cofrades, con túnicas moradas ceñidas con cordones de esparto y cruces sobre los hombros, acompañando a la imagen del Cristo de la Cruz a cuestas y a la de Nuestra Señora, en cuya forma visitaban los sagrarios de las demás parroquias.

Hubo unos años en que esta procesión se trasladó al Miércoles Santo; salía después de la hora de las tinieblas, pero la cofradía, en sesión de 10 de enero de 1847, acordó que volviera a celebrarse en Viernes Santo y pocos años después, en 1858, se le incorpora la Santa Mujer Verónica.

Después de la mayordomía de don Antonio Quirós Díez (1880-1900), ocupó el cargo don Nicolás Carvajal , periodo en el que se adquiere el paso de María Magdalena. En 1913, doña Trinidad Cotrina , viuda de Higuero , regala a la cofradía el paso de la Verónica y en 1914 se incorpora a la procesión el de Nuestra Señora de las Angustias, adquirida por don Santiago Gaspar Gil , ecónomo de Santiago.

En 1916 se hace cargo de la mayordomía don León Leal Ramos y entonces comienza la cofradía a resurgir como tal: se aprueban nuevas ordenanzas y se intensifican los cultos, pero su mandato solo dura tres años y en 1920, siendo párroco y director espiritual don Lorenzo López Cruz , se hace cargo don Julián Murillo Iglesias , que permaneció en la mayordomía más de 25 años. Su junta de gobierno reforma la capilla de Jesús e inicia la de la Misericordia; durante su gestión se adquieren los pasos del Calvario y la nueva imagen de la Virgen de la Misericordia, y se establece en 1940 el besapie anual.

Más pasos

En 1946 llega a la mayordomía Santos Floriano Cumbreño , que permanece al frente de la misma hasta su muerte en 1976, sucediéndole en el cargo su yerno Germán González Rodríguez , que cesó en 1996. Durante la mayordomía de Floriano se adquieren los pasos de La Caída y la Exaltación de la Cruz y se adopta como emblema de la cofradía la Cruz de Santiago. En 1996 el nuevo mayordomo será César García González , cargo que ocupa hasta diciembre de 2011 en que es elegido Santos Benítez Floriano , que lo ostenta en la actualidad.

La Semana Santa de Cáceres no puede entenderse sin la cofradía del Nazareno, la más señera y numerosa de las cofradías penitenciales de la capital, con 2.900 hermanos, en semejante número a la cofradía de gloria de Nuestra Señora de la Montaña, patrona de la ciudad.

Pasan de 1.000 los hermanos que se suman a la procesión de la madrugada, cuatro bandas y nueve pasos, al margen de penitentes. Es la del Nazareno la cofradía más antigua de Cáceres con una imagen que, sin duda, es la que mayor devoción despierta entre los cacereños. Excepcional desde el punto de vista artístico, Tomás de la Huerta hizo su gran obra y tuvo, sin riesgo a equivocarse, una inspiración divina cuando esculpió la talla.

Quien no ha vivido una madrugada en Cáceres no ha vivido la Semana Santa. A las cinco, Caleros era un hervidero en los lejanos años de nuestra infancia. Caleros, con su casa de la Rita , que estaba justo enfrente del comercio de Josefita , la de la calzada. Una calle donde vivían los Corrales , la señora Teodora , casada con el señor Miguel , el señor Antonio Castellano , que era barbero de la Guardia Civil, y su mujer, Carmen , o Antonia , que tenía un comercio en San Blas.

También residían en Caleros muchos hortelanos, estaba la tienda de comestibles de Andrés Rodríguez de la Montaña y su mujer, Catalina ; los Luceño ; y Fausto Picapiedra , que llevaba el estanco de Pintores y cuyo padre era conocido como El Pañuelino . Más arriba vivió un espartero, que los hijos se llamaban Pepe y Nazario , y a continuación la señora Andrea , popularmente llamada La Polea ; la carpintería de Antonio Jiménez, Pache ; Ramón Santillana , que era sastre y músico; había una carbonería, estaban los Peloto y la Lunara , que el hijo fue presidente de la Sociedad de Cazadores y trabajó en la notaría de la Cruz.

Mayordomos

En Caleros también residía Santos Floriano Cumbreño, el que fue mayordomo del Nazareno. Estaba casado con doña Marina López López , que fue directora de la Escuela de Magisterio. Vivían en el número 6 de la casa familiar de Caleros y tuvieron cuatro hijas, todas maestras: Marina , que se casó con Daniel Mariscal , pero no tuvieron hijos porque ella falleció de un problema cardiaco (luego él contrajo matrimonio por segunda vez y tuvo un hijo que se llama Daniel ); María del Pilar , que ejerció muy poco tiempo porque se hizo funcionaria del ayuntamiento tras aprobar unas oposiciones y se casó con Manuel Benítez Arroyo , que era funcionario de Correos y tuvieron tres hijos; Ana María , que se casó con Juan Bermejo , un ganadero del Casar con el que tampoco tuvo hijos; y Carmen , casada con Germán González Rodríguez, secretario de sala de la Audiencia de Cáceres, que siguió en la mayordomía del Nazareno a su suegro, y tuvieron cuatro hijos.

Tradicionalmente en Caleros se colocaban las filas de capuchones de los hermanos de escolta. Esa noche, en casa no se dormía y tu padre siempre estaba pendiente del tiempo. Era inolvidable el momento en que participaba la Legión, por la espectacularidad que le daba al desfile. A ella se unían la Guardia Civil y la banda de Cornetas y Tambores de la cofradía. Había años en que había que salir a buscar operarios del paro para montar los pasos; eso ahora no ocurre, porque la participación ha aumentado de forma estrepitosa.

La incorporación de las mujeres y de los jóvenes ha sido fundamental para la cofradía. A ello se añaden dos cosas buenas que ha promovido el obispo actual, monseñor Francisco Cerro , la creación de una comisión cofrade formada fundamentalmente por jóvenes, y la escuela cofrade.

Por la cofradía han pasado cientos de personas que no han hecho más que aumentar la devoción por el Nazareno, esa imagen que con mimo talló Tomás de la Huerta para dar fama universal a ese Jesús con la Cruz a cuestas, santo y seña de nuestra Semana Santa.