"Yo necesito y puedo conducir, pero no me dejan por el tratamiento de quimioterapia que he seguido. Tráfico no me renueva el permiso hasta que pasen tres meses desde la última sesión, pero me siento bien, estoy en condiciones y el coche es una herramienta de trabajo". En estos términos se expresa Francisca Corchado, una mujer activa y optimista que denuncia "la injusticia y la discriminación" de las que se siente víctima al tener que depender de sus familiares para desplazarse.

Todo comenzó cuando en marzo pasado fue a renovar el permiso de conducir y Tráfico lo denegó por sus circunstancias de salud. Francisca inició el 15 de mayo del 2009 un tratamiento para combatir un cáncer de mama que ha incluido quimioterapia. La última sesión la recibió hace dos meses y ahora espera a que se cumpla el plazo legal para solicitarlo de nuevo, a finales del presente mes de junio.

Esta mujer de 52 años vive en Villafranco del Guadiana con su marido y dos hijas, está dada de alta en el régimen general agrario y realiza trabajos "de costura para una tienda", lo que compatibiliza con sus idas y venidas al hospital. "Necesito conducir para sentirme útil, hacer mis recados e ir al médico, no depender de que me puedan llevar o traer, porque el autobús aquí pasa tres o cuatro veces al día", declaró ayer a El Periódico Extremadura.

Puso un ejemplo: "Delia, mi hija, tenía que estar en la biblioteca estudiando porque está de exámenes, pero está aquí conmigo en el hospital". Por ello necesita moverse "sola y estoy bien para hacerlo", insiste una y otra vez. Y señala que hay personas con otras enfermedades que conducen, "que pueden ser un peligro, pero tienen sus carnets. Y yo me encuentro estupendamente".

En su caso, presentó informes del oncólogo y el psicólogo "que me dan apta para conducir, pero no me los aceptan". Delia apostilla que "además, es una tontería, porque si mi madre sigue enferma y no tiene que renovar el carnet, estaría conduciendo".

Francisca conduce desde hace 26 años y ahora ve reducida su movilidad por una norma a la que no se resigna. Acudió a Tráfico y se entrevistó con el jefe de Seguridad Vial. Este, según el subjefe Provincial de Tráfico, Ignacio Martínez, le explicó el contenido del Real Decreto 818/2009 que contiene el Reglamento General de Conductores, que concierne a su situación.

El epígrafe 4 y riesgos

La norma se refiere "a centros de reconocimiento médico" y en el epígrafe 4, sobre procesos oncohematológicos y quimioterápicos, se indica el plazo de tres meses a partir de la última sesión de quimioterapia con informe favorable de un hematólogo para obtener la renovación del permiso de conducir.

Además, se requiere que en el último mes no haya habido anemia --déficit de hemoglobina--, leucopenia --menos de 5.000 leucocitos-- o trombopenia --disminución del de plaquetas-- severas. Y si se renueva el permiso, será por tres años como máximo, hasta que transcurra una década de la remisión completa, acreditada por un hematólogo.

Ignacio Martínez asegura que comprende a Francisca, a quien expresa "nuestra simpatía personal", pero alerta del riesgo, en casos sino el suyo como los de ella, de sufrir "un vahído, o un mareo mientras circula a 110, o sufre un microsueño".

Mientras, Francisca cuenta los días para intentar de nuevo la renovación de su permiso.