El mapa financiero español ha experimentado una profunda transformación en poco más de una década. El número de operadores que conforman el sistema se ha reducido drásticamente, un proceso que ha incluido la práctica desaparición de las cajas de ahorros, que llegaron a suponer la mitad del negocio bancario español. Y entre las entidades supervivientes, la mayoría han recortado sus redes comerciales y plantillas. Todo eso en un escenario marcado por el progresivo desapalancamiento de las familias y empresas, que tras el impacto de la crisis financiera fueron bajando su nivel de endeudamiento, y por unos tipos de interés negativos desde hace años, que han provocado una disminución directa de los márgenes de los bancos y que les ha llevado a buscar nuevas fuentes de ingresos, como el incremento de comisiones o la venta de seguros, fondos de inversión y planes de pensiones.

Extremadura no ha sido ajena a este proceso. Desde su punto máximo alcanzado en marzo del 2009, cuando la red bancaria regional estaba conformada por 1.200 sucursales, se ha retrocedido a las 800 que había el pasado mes de junio, de acuerdo al último dato publicado por el Banco de España, de manera que se ha perdido un tercio de los establecimientos.

No obstante, esta evolución ha tenido en la comunidad autónoma una significativa excepción, la de las tres entidades que continúan con su sede social en territorio extremeño: dos cooperativas de crédito (Caja Rural de Extremadura y Cajalmendralejo) y un banco (Banca Pueyo). Las tres han conseguido mantener o aumentar su capacidad instalada y todas han incrementado significativamente sus principales indicadores de negocio, gracias en buena medida a que han optado por cubrir al menos parte del vacío dejado por otras entidades que han ido perdiendo presencia, sobre todo en el ámbito rural.

Hace una década era Caja Extremadura la entidad financiera con más oficinas en la región (226), más del doble de las 103 que al cierre del año pasado tenía abiertas el banco que la absorbió, Liberbank, tras dejarse por el camino casi treinta en un solo ejercicio. En esa fecha ya le superaban tanto Caja Rural de Extremadura como Banca Pueyo, mientras que Cajalmendralejo estaba casi a la par. Las tres se situaban, además, por encima de Ibercaja, que con cien establecimientos operativos quedaba ya lejos de los 155 que en el 2009 gestionaba Caja Badajoz.

Sumados los datos de las tres entidades regionales, en esta década el peso de su red comercial ha pasado de representar el 20,2% de todas las oficinas bancarias que había en territorio extremeño al 38,8% que suponían al finalizar el 2019, según los datos extraídos de los anuarios de las tres patronales bancarias: AEB (banca); CECA (que agrupa a los bancos que integraron a las cajas de ahorro); y UNACC (cooperativas de crédito).

DEPÓSITOS Y CRÉDITOS

Esta progresión se ha traducido también en una mejora similar de su actividad a lo largo de este periodo, en el que han logrado aumentar un 74,2% los depósitos de la clientela, que de algo menos de 2.400 millones de euros han avanzado hasta los 4.177 millones, mientras que los créditos a clientes han pasado de 1.878 millones de euros a 3.033 millones (+61,4%). Un crecimiento este último que se ha conseguido a pesar de que la deuda bancaria de administraciones, empresas y familias extremeñas se desplomó en este lapso temporal un 28,6%.

Considerando estos dos indicadores, el volumen de negocio conjunto de estas entidades ha crecido casi un 70%. Aunque sean valores nominales, evidencian claramente la evolución que han seguido y cómo esta contrasta con la de la mayor parte del resto del sector financiero en la región. Sobre todo con la de las cajas de ahorro, integradas posteriormente en bancos. No solo de las extremeñas, ya que en la comunidad autónoma llegó a haber presencia de una quincena de ellas, y algunas con una implantación notable. Así, desde el 2009, el volumen de los depósitos concedidos por las entidades aglutinadas en la CECA ha caído un 17,6% en la región y el de los créditos se ha desplomado un 48,7%.

En cuanto a los bancos ‘tradicionales’, el descenso se aprecia en los créditos, que de ascender a 9.745 millones se han quedado en 7.314 (-25%), mientras que los depósitos sí que han aumentado (de 5.638 a 8.652 millones), en consonancia con la tendencia seguida en el conjunto del sistema, ya que en este intervalo los depósitos de los extremeños se han incrementado de 17.647 a 20.911 millones.

CUOTA DE NEGOCIO

CUOTA DE NEGOCIOTeniendo en cuenta que la mayor parte de la actividad de estas tres instituciones financieras se desarrolla dentro de Extremadura (menos de un 5% de sus oficinas está fuera de ella), su cuota de negocio en ambos apartados prácticamente se ha duplicado en este tiempo, de suponer algo más del 10% a rebasar el 19%.

Caja Rural de Extremadura era al acabar 2019 la entidad bancaria con mayor número de oficinas en la región, con 109, el mismo número que en el 2009. Una red que ha conseguido mantener a pesar de que a mediados de la década atravesó por un periodo complicado que le llevó a romper un Sistema Institucional de Protección (SIP) que lideraba Caja Rural del Sur.Algo que a la postre le ha permitido conservar su autonomía y sus órganos de decisión en Extremadura. El crédito de esta firma cooperativa ha aumentado un 15,3% en estos dos lustros, de 894 a 1.030 millones de euros, y los depósitos un 23,3%, de 1.056 millones a 1.302 millones.

Banca Pueyo arrancó el presente año con 108 sucursales en la comunidad, una treintena más que una década antes (80). Entre ambos ejercicios, los créditos de esta entidad con 130 años de historia han aumentado aproximadamente un 60% (de 642,3 millones a 1.020), y los depósitos de sus clientes lo han hecho en un 74,1%, de 798,5 millones de euros a 1.390,1 millones.

Cajalmendralejo, por su parte, duplicó en estos diez años la capacidad de la que dispone: de 51 a 101 oficinas, 96 extremeñas, gracias a nuevas aperturas y también a que llegó a comprar quince sucursales al Banco Caixa Geral antes de que Abanca se hiciera con su red española, y con la decena de oficinas que la extinta Cajasur había abierto en territorio extremeño. La plantilla ha pasado de estar conformada por 148 trabajadores a 251.

Sus créditos a la clientela se han disparado cerca de un 187%, de 342,4 a 982,5 millones de euros, mientras que los depósitos lo han hecho un 173%, de 544 millones a 1.485.