Una niña gitana de 11 años ha recibido una paliza por parte de seis de sus compañeros de colegio en la propia aula en la que reciben clase, según han denunciado sus padres en la comisaría de la policía de la localidad.

La denuncia fue formulada el pasado jueves, pero los hechos no se han conocido hasta hoy, a pesar de que, según ha explicado el presidente de la asociación Romaní de Almendralejo, José Antonio Contreras, la niña, que tuvo que ser atendida en el centro de salud y posteriormente en el hospital de Mérida, sufrió fracturas en costillas y magulladuras como consecuencia de las patadas, golpes y tirones de pelo que recibió de sus compañeros.

La agresión se cometió en un aula del colegio público San Francisco, donde una profesora dejó castigados a los agresores y a la niña, Q.G.A., una vez terminadas las clases, después de que la madre de ésta hubiera denunciado ante la dirección y ante su tutor en varias ocasiones el acoso que estaba recibiendo por parte de ese grupo.

Palabras de reproche

Al parecer, la profesora les dijo que una vez terminado el castigo debían cerrar el aula y se marchó, tras dejar al cargo de la llave a uno de los agresores. Las agresiones comenzaron en este lugar, aunque, según los familiares, siguieron en el patio del colegio y en la calle, donde finalmente su madre pudo ver cómo seguía recibiendo la paliza y salió en su ayuda.

Al día siguiente, la madre tuvo algunas palabras de reproche con la madre de una de las agresoras, lo que ha motivado una denuncia de ésta a la madre de la víctima también ante la Policía Nacional, según ha desvelado la cadena de radio Cope-Almendralejo.

Según ha explicado el portavoz del colectivo romaní, la niña lleva recibiendo insultos y agresiones verbales por parte de este grupo de compañeros desde el principio de curso, después de que por un cambio de domicilio de su familia tuviera que trasladarse a este centro, procedente del también colegio público de Almendralejo José de Espronceda.

Contreras cree que la niña es acosada por ser gitana, por "discriminación racial", lo que les ha llevado a denunciar la situación ante el Secretariado General Gitano para que "tome cartas en el asunto" y estudie las responsabilidades tanto del personal docente del centro como de los padres de los agresores.