El caso de la menor de 14 años obligada a prostituirse por su novio y un grupo de rumanos en Arroyo de San Serván sigue enmarañándose. La Comunidad de Madrid, a petición de los servicios sociales del ayuntamiento de la ciudad, ha decidido asumir la tutela de la menor. El problema es que ni la niña ni sus padres se encuentran localizables en su domicilio madrileño del barrio de Salamanca. El personal de la Consejería de Familia y Servicios Sociales ha acudido en tres ocasiones distintas al domicilio sin dar con su paradero, según anunció ayer la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Comité de Dirección del partido.

En la búsqueda participa el Grupo de Menores de la Policía (Grume) quien está a la espera de una orden judicial para poder entrar en la vivienda y comprobar que efectivamente la familia no se encuentra en el interior. "Queremos que el grupo encuentre a la niña y podamos asumir cuanto antes su tutela", explicó ayer Aguirre.

Los servicios sociales del consistorio madrileño ya estaban al tanto de la problemática situación de la menor. De hecho, el pasado 7 de diciembre pidieron a la Consejería de Familia que asumiera la tutela de la menor. Una petición que fue elevada a la Comisión de Tutela quien decidió, el día 10 de este mes, que "era recomendable asumir cuanto antes" la responsabilidad legal sobre la niña. Los servicios sociales adviertieron de la gravedad del caso alegando "comportamientos anómalos por parte de la niña y problemas con los padres". Desde la Consejería de Familia sostienen que esta medida se adoptó antes de que la niña fuera encontrada en el municipio extremeño el día 4 aunque esta fecha y la dada por Esperanza Aguirre, el día 10, no coinciden. Una vez tomada la decisión de asumir la tutela, la administración intenta ponerse en contacto con los padres pero, según Aguirre, "ha sido imposible localizarlos", razón por la que se requirió la inmediata colaboración de la policía. Por el momento, no han trascendido más datos del caso ya que se encuentra bajo secreto de sumario.

Los padres denunciaron la desaparición de la menor el pasado 3 de octubre en la Comisaría de Chamartín, aunque no era la primera vez que la menor se fugaba de casa y desaparecía durante varios días. En esta ocasión, se marchó después de haber sido seducida por un rumano de 22 años, que la convenció para que se fuera con ella obligándole más tarde a prostituirse.

Este escándalo ha puesto de relieve la actuación de los servicios sociales en la atención de menores conflictivos. Cabría preguntarse por qué transcurren varios meses desde que los padres denunciaron la desaparición hasta que los servicios sociales elevan el caso a la Comisión de Tutela. O bien por qué se esperó a que se produjera una situación límite para tomar cartas en el asunto, más aún cuando sus escapadas de casa eran frecuentes y faltaba a clase con asiduidad.