Los embalses de la región siguen perdiendo agua y afrontan el tramo final del verano apenas algo por encima del 40% de su aforo. De acuerdo a los datos semanales proporcionados por las confederaciones hidrográficas del Guadiana y el Tajo, los pantanos extremeños estaban a fecha del pasado lunes al 42,6% de su capacidad, con 6.128 hectómetros cúbicos (hm³) almacenados de una capacidad de 14.389,9 hm³.

Este descenso obedece en buena medida a que en estos meses debe atenderse la demanda de agua de las comunidades de regantes, pero su efecto se ve acrecentado por la falta de precipitaciones que viene sufriendo desde hace meses la comunidad autónoma. En este sentido, la delegación territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) definía en su último informe mensual como «muy seco» el año en la región tanto si se consideraba el año civil —el que arranca en enero— como el hidrológico —el que da comienzo en octubre—. En el primero de los casos, durante los siete primeros meses del 2019 las precipitaciones medias registradas en la región ascendieron 151,2 milímetros de agua, cantidad que supone únicamente un 53,5% de su valor de referencia para este mes, que se sitúa en 282,7 milímetros. Si se tiene en cuenta también el último trimestre del 2018, se acumulan 365,5 milímetros de agua, que es un 69,2% de su cifra de referencia llegados a estas fechas (528 milímetros).

Así las cosas, los embalses extremeños están casi 20 puntos porcentuales por debajo del nivel de hace un año (61%), y si se compara con la media contabilizada durante los últimos diez años, el diferencial es aun mayor.

Por cuencas hidrográficas, en los embalses extremeños del Guadiana ya se ha bajado de la frontera del 40%, con solo un 39,7% de volumen (3.201 hm³ de 8.064,9). El de mayor aforo de todos ellos, el de La Serena, es también uno de los que se encuentra con un nivel más bajo, con 898,8 hm³ almacenados, un 27,9% de toda el agua que puede llegar a albergar (3.219 hm³). No mucho mejor es la situación en el segundo de mayor tamaño, el de Cíjara, en el que únicamente está ocupada algo más de un tercio de su capacidad: de 1.505,19 hm³ posibles, hay 526,1 (un 35%). Hace doce meses, el primero de ellos estaba al 44,2% y el segundo al 64,4%. Alange, por su parte, está al 31,9% de su capacidad, con 280,2 hm³ de 878,9.

Se mantienen con niveles bastante más elevados Orellana, que de una cabida de 807,91 hm³ tiene en su interior 561 (69,4%); García de Sola (con 281,4 de 554,2 hm³, un 50,8%); y Zújar (con 256,4 de 301,9, un 84,9%), los tres en un nivel muy similar al de hace un año.

En cuanto al agua embalsada en la cuenca extremeña del Tajo, supone un 46,3% del máximo (2.927 hm³ de 6.325). Entre los principales embalses, los niveles más bajos son los de Valdecañas (con 381,6 hm³ de 1.446, un 26,4%) y el de Gabriel y Galán (con 247,2 de 911, un 27,1%). El de Alcántara, con potencial para 3.160 hm³, contiene actualmente un 53,9% de ese volumen (1.704,3). Y el Guadiloba, que abastece Cáceres capital, alberga 9,1 hm³, un 45,3% de su aforo.