Llega el mes de julio, llega el calor, llega la fecha más esperada por todos los trabajadores: las vacaciones de verano. Ya sea una semana, una quincena o un mes --los más afortunados incluso más--, se despiden de la oficina o de su centro de trabajo con la promesa de volver con las pilas cargadas y la piel más morena. Todo son buenas intenciones, pero a más de uno se le atragantarán las vacaciones por culpa de otros.

Las quejas presentadas por quienes contratan un viaje crecen cada año. El 6% de todas las reclamaciones elevadas a las asociaciones de consumidores están relacionadas con las compañías aéreas o con agencias de viajes, que a veces introducen cláusulas en los contratos que dejan al cliente indefenso ante una contrariedad.

En los aeropuertos, la mayor parte de ellas están relacionadas con la pérdida o el deterioro de los equipajes, o con los retrasos y las cancelaciones de los vuelos, sin olvidar el overbooking, que cada año afecta a 250.000 europeos.

En el caso de las agencias de viajes los motivos que más reclamaciones generan tienen que ver con el incumplimiento de las condiciones contratadas, el cobro abusivo de gastos de cancelación, el suministro de información insuficiente o incorrecta, o la publicidad engañosa.

Recomendaciones

Por todo ello, la Unión de Consumidores de Extremadura recuerda que los clientes tienen una serie de derechos que les protegen, y aconseja su estudio y análisis antes de contratar cualquier viaje, porque también hay cuestiones a tener en cuenta para evitar sorpresas de última hora.

Por ejemplo, si el cliente pretende anular una reserva en un hotel o un apartamento, debe tener presente que si lo hace con menos de una semana de antelación puede perder todo el dinero entregado a modo de señal. En el caso de los billetes de transportes, en los de autobús una cancelación o modificación del trayecto o de horarios suele acarrear una penalización de entre el 10% y el 15% del coste del mismo, pero los mayores problemas surgen con los billetes de avión que, o bien no dan opción a cancelaciones ni modificaciones, o lo hacen en condiciones muy perjudiciales para el bolsillo del cliente.

En el caso de los viajes combinados el turista debe saber que en casos de enfermedad o accidente, la agencia de viajes está obligada a anular el contrato sin penalización alguna. Pero cuando no existe razón de fuerza mayor deberá hacer frente al pago de una parte proporcional del precio total, que será mayor cuanto menor sea la antelación con la que se comunica el cambio o la cancelación.

Compensaciones

En el caso contrario, es decir, cuando es la agencia quien cambia las condiciones, el consumidor tiene derecho a recibir la totalidad del importe más una indemnización que puede alcanzar el 25% del total si se realiza a menos de dos días de la salida. En el caso de los billetes de avión, la cancelación por parte de la compañía aérea conlleva indemnizaciones, al igual que en los casos de overbooking, de entre 250 y 600 euros, en función de la distancia del vuelo. Cuando se trata de un retraso, con independencia del tiempo que sea, no hay compensación alguna, salvo la manutención e incluso el hospedaje.

Sin embargo, las compensaciones por pérdida de equipaje, que se hace en función del peso, son "irrisorias", algo que "no supone ningún problema para las compañías, a quienes sigue saliendo rentable la escasa diligencia en la gestión del equipaje", indica la Unión de Consumidores de Extremadura.