"Decidí venir a Londres hace casi seis años debido a que buscaba cambiar de aires y Londres se antojaba como el sitio más fácil, por idioma, cercanía y oportunidades profesionales", relata Javier Cebrián. Nacido en Badajoz hace 29 años, este ingeniero informático dirige actualmente un proyecto para una multinacional de loyalty marketing (marketing de fidelización) que se sirve de big data "para analizar los hábitos de los consumidores, optimizando la distribución de las grandes superficies para la predicción de demanda generada".

"Sinceramente, no creo que vaya a cambiar nuestra vida en ningún aspecto", sostiene. En primer lugar, arguye, porque todavía no tiene muy claro que el brexit vaya a salir adelante. En segundo, porque en el hipotético caso de que finalmente tuviese lugar la separación, Gran Bretaña "seguirá manteniendo unos fuertes lazos con el continente, como con Noruega o Suiza, ya que existe una necesidad mutua de colaboración". Así que el resultado del referéndum no le preocupa demasiado. "Tras llevar más de cinco años aquí tengo la residencia permanente, por lo que duermo bastante tranquilo". Es más, remarca, "a día de hoy no puedo estar más lejos de plantearme la vuelta a España, más aun viendo el resultado de las últimas elecciones. Y el resto de mis conocidos tienen el mismo sentimiento de decepción que yo".

Con respecto a otros ciudadanos comunitarios, reconoce que existe "una cierta incertidumbre generalizada respecto a la situación", pero insiste en que, aunque llegase a tener lugar la desconexión británica de la UE, quedaría aún "un largo camino que recorrer". "Aún no es momento de alarmarse", concluye.

Las causas

A la hora de buscar las causas de que se haya impuesto el brexit , Javier apunta varios factores. Por un lado, "la Inglaterra profunda, pobre e inculta, orgullosa de viejas glorias, la cual piensa que los culpables de todos sus problemas son los inmigrantes que vienen a robar sus trabajos. No entienden, o no quieren entender, los efectos macroeconómicos que conllevaría una salida de la Unión". A este respecto, afirma, "nosotros, los inmigrantes, estamos altamente preparados para movernos a cualquier otro sitio donde se nos demande, y ellos son los que pagaran la cuenta".

También achaca este resultado a parte de la clase política "que ha usado la técnica del miedo para convencer a los votantes de lo mal que se van a poner las cosas si Reino Unido se separa de Europa. Lo que no supieron ver es que cuando alguien no tiene nada que perder... no tiene nada que perder". Y en el otro extremo, "a Farage, Johnson y compañía usando marketing digno de excursión del Imserso para convencer a unos y a otros de los milagrosos beneficios de salir de Europa". En este punto, añade que, "curiosamente, se desdijeron de muchas de estas afirmaciones nada más conocerse el resultado lo que ha servido para que muchos votantes se sientan estafados y consideren que se debería repetir el infame referéndum".

Por último, pero "no menos importante", habla de los "perezosos", aquellos que veían el brexit como "una patraña" y que pensaban que "jamás" ganaría el leave y que la mañana del 24 se despertaron "con un duro baño de realidad, viéndose fuera de Europa por poco más de un millón de votos".