«Quiero tranquilizar a la comunidad educativa y a la sociedad en general porque desde la consejería no se está en una actitud pasiva, como alguna organización ha dicho, sino que se están poniendo en marcha los protocolos existentes con la consiguiente expulsión de los alumnos agresores previa tramitación del correspondiente expediente». Fue el mensaje que envió ayer el secretario general de Educación de la Junta de Extremadura, Rafael Rodríguez de la Cruz.

Aseguró que desde la consejería se entiende que estos hechos violentos en los centros extremeños no se trata solo de un problema disciplinario, sino que es principalmente un problema educativo. «Por ello se han puesto en marcha una serie de actuaciones como, por ejemplo, que dentro de las horas de tutorías se trabaje con temáticas sobre la no violencia y para favorecer la convivencia».

UNO O DOS CASOS POR CURSO / Pero a pesar de que son tres agresiones, tres sanciones muy graves, en apenas quince días (al menos esas son las que han salido a la luz), «objetivamente, viendo los datos de los últimos años, se han producido una media de uno o dos casos por curso aproximadamente, por lo que no estamos ante un problema grave y, por tanto, no deberíamos crear una alarma social».

Aún así, el secretario general de Educación quiso dejar claro que aunque solo hubiera un caso, «sería igualmente un tema para trabajar para que no haya ni una agresión a ningún docente».

Habrá que esperar a la cita de diciembre del Observatorio Regional de la Convivencia Escolar de Extremadura para saber qué medidas preventivas se proponen para evitar que los profesores sean víctimas de la violencia de sus alumnos menores de edad. REDACCIÓN