El presidente extremeño concede esta entrevista al Periódico Extremadura cuando la negociación de los Presupuestos de 2016 llega a su momento más álgido. Guillermo Fernández Vara ve factible el acuerdo, ahora a la segunda, incluso con la oposición al completo.

--¿Cómo van las negociaciones de los presupuestos?

--En general bien. Aprecio voluntad de diálogo, que esto va en serio. Aquí no se va de farol.

--¿Y por qué antes no se habló y ahora sí?

--Pensábamos negociar en el Parlamento, pero la enmienda a la totalidad tumbó cualquier posibilidad. No tengo ningún problema en reconocer que algo hicimos mal. Si nosotros presentamos unos presupuestos y fueron rechazados, algo haríamos mal. Y probablemente eso es lo que hemos aprendido y hemos corregido. Estamos actuando con mucha más humildad y mucha más conciencia de que cuando no se tiene mayoría absoluta hay que poner encima de la mesa un exceso de diálogo y no ausencia.

--¿Con el PP o con Podemos?

--Yo no me cierro en banda a ninguna opción ni ninguna posibilidad porque soy consciente de que no tengo mayoría absoluta y ellos deben ser conscientes también de sus posiciones y en ese sentido si fuéramos capaces de llegar a un denominador común sería muy bueno, aunque fuera por medio de la abstención. Voy a intentar llegar a acuerdos con todos, con quien vaya a ser posible luego no depende de mí.

--¿Entre sus aspiraciones está llegar a un acuerdo a tres bandas?

--Con abstenciones sí. No es fácil, pero no lo descarto.

--¿Ve factible un acuerdo con el PP si a nivel nacional es imposible el entendimiento?

--Los presupuestos no son una investidura. Por eso cuando yo hablo de la posición que el PSOE pueda tener sobre una hipotética investidura de Rajoy no estoy hablando de cuentas, estoy hablando de la aprobación de un gobierno. En cualquier caso, hemos venido diciendo y somos conscientes todos que es necesario tener un presupuesto. Se puede gobernar con un presupuesto prorrogado, pero hacerlo en las circunstancias actuales no es bueno para Extremadura. Primero porque venimos de un presupuesto que ha terminado con un 2,9% de déficit: segundo, porque está hecho con cargo a un programa operativo que ya ha terminado en Europa; y tercero, ajustado a una situación socioeconómica que ha cambiado.

--El fin justifica los medios.

--Es reconocer que en mayo del 2015 los ciudadanos no nos dieron la mayoría absoluta y nos dijeron a los partidos: hablen y pónganse ustedes de acuerdo. Cuando todos somos conscientes de que tenemos nuestra parte de responsabilidad las cosas salen adelante, porque yo podría salir por peteneras y decir: aquí está otra vez la pinza. Pero eso queda muy bonito en el argumentario pero no resuelve los problemas. La herramienta básica en esta situación es el diálogo.

--Sorprende su cambio de actitud con respecto al PP y su interés de ahora de querer negociar con Monago.

--Yo no he dicho que quiera negociar con Monago, yo digo que la realidad nos obliga a negociar. No ha habido otra manera de hacer pasar los presupuestos en el primer intento.

--Hay dos líneas rojas: una de Podemos que pide subir 250 millones de euros y otra del PP que pide no subir los impuestos. ¿Ambas cosas pueden confluir?

--Vamos a verlo. En estas reuniones cada uno expone sus posiciones. Yo no tengo inconveniente en que el canon del agua y el céntimo sanitario desaparezcan, entre otras cosas porque yo también soy de los que quieren que desaparezca. Pero tenemos que cumplir con los objetivos de déficit a los que nos hemos comprometido. El día que cumplamos con el objetivo de déficit o si con el nuevo modelo de financiación se atraen recursos nuevos, podremos dar por finiquitados esos impuestos, pero hasta ese momento necesitamos financiarnos porque es evidente que tenemos un déficit. Y el lunes a Podemos tendré que avisarles de las consecuencias económicas que pueden tener sus propuestas. Uno no puede esperar que en una negociación se logre lo que uno quiere, habrá que llegar a una confluencia de intereses.

--Una pregunta muy directa: ¿Usted está dispuesto a renunciar a una subida de impuestos como solicita el PP?

--Sí, si encontramos solución para el déficit por otras vías. Extremadura tiene una fiscalidad que no está entre las más bajas de España, sino más bien al contrario. Es verdad que hemos sido creativos y hemos creado impuestos para que no tengan que ser solo los ciudadanos los que los paguen, por ejemplo el impuesto bancario o el impuesto de transmisión de la energía. Pero nosotros tenemos que cumplir unos objetivos y esos objetivos sólo se consiguen de dos maneras: O aumentando los ingresos o reduciendo los gastos. Eso es lo que tenemos que hablar, pero las dos cosas no se pueden. El guarro gordo y barato es imposible. A lo mejor hay cosas que ahora no se pueden hacer, pero quizá sí dentro de dos años cuando la economía mejore. Nuestra posición acerca del plan económico financiero es conocida: que durante los próximos tres años apliquemos a la consolidación fiscal, es decir, a eliminar el déficit, todos los nuevos ingresos que vayan viniendo como consecuencia de la mejora de la economía. No podemos crecer en gasto porque los ingresos van a ir a tapar el sobregasto anterior.

--Usted se mueve en un escenario de prórroga presupuestaria.

--Dicen que en una negociación nunca se deben enseñar las cartas, pero no. Sería muy negativo para Extremadura y voy a hacer todo lo que esté en mis manos para que eso no ocurra.

--Qué se puede hacer en esta legislatura con un punto de partida de un 2,9% de déficit.

--Se pueden hacer cosas: hemos hecho un nuevo pliego de contratación que va a permitir reparar uno de los daños producidos en los trabajadores. Cuando se resolvían los contratos sólo a precio estábamos fomentando la precariedad, porque las empresas con tal de quedarse los concursos ofertaban por la mitad de lo que costaba y eso repercutía en las condiciones de los trabajadores y sus salarios. Eso se ha corregido. Se puede mejorar el transporte educativo como hemos hecho ampliándolo a bachillerato y FP. Mejorar la dotación para libros de texto, ampliar los comedores escolares o de docentes; un plan de empleo social para quien haya agotado todas sus prestaciones, una norma para mínimos vitales para que la gente no pase frío. No podemos hacer grandes realizaciones, pero sí muchas pequeñas. Este probablemente no es el tiempo de hacer grandes autovías en el sentido figurado, sino de mejorar las carreteras por las que los ciudadanos circulan todos los días.

--¿Y el empleo es objetivo vital?

--Por supuesto. Por eso hemos hecho el plan de empleo social, por eso se ha abierto por primera vez a la iniciativa privada; por eso en los contratos públicos luchamos contra la precarización laboral. El empleo es una prioridad en sí misma, es lo que permite a las personas su emancipación y desarrollar un proyecto personal. Es por lo que se nos va a medir a este país en el presente y en el futuro cercano.

--¿Cómo va la concertación social?

--Va bien. Hicimos el acuerdo marco y ahora estamos trabajando en distintas mesas de negociación. Creo que lo próximo que va a ver la luz es la propuesta para enviar al Parlamento el Pacto por el Ferrocarril, el cual a mi juicio puede ser la clave de la legislatura. Es más, creo que cuando empiece la legislatura en el Estado la idea de ir al Ministerio de Fomento con los 4 grupos políticos con un pacto bajo el brazo concertado o acordado por unanimidad va a ser vital. Lo decía en Fitur esta semana: si hemos sido capaces de crecer en turistas un 10% y en pernoctaciones un 8% sin avión y sin AVE, estoy convencido que el día que tengamos un transporte razonablemente digno vamos a dar un salto cualitativo muy importante.

--¿Podrá ser en esta legislatura por fin el tren?

--Si es entre todos, sí. No se trata de buscar culpables, la gente quiere soluciones. La nueva política no está en diferenciar entre nuevos y viejos partidos, sino en que no nos echemos la culpa uno a otros. Uno llega al Gobierno, pone encima de la mesa lo que se ha encontrado y luego hay que tirar para adelante y decir que vamos a hacerle frente a los problemas todos. Más cómodo sería mirar para atrás, pero más ilusionante es mirar para adelante.