--Hace unas semanas se anunciaba la compra del Grupo Gallardo por Cristian Lay ¿está ya cerrada la operación?

--La oferta está aceptada por parte de los dueños del Grupo Gallardo y de la banca y ahora seguimos con los trámites legales y burocráticos. Estamos intentando acelerar todo lo posible todo el proceso por la delicada situación que tiene el grupo. Todas las partes implicadas estamos trabajando día y noche, porque si somos capaces de cerrar en tres semanas todo, mejor que en dos meses.

--¿Se ha concretado ya si la Junta de Extremadura capitalizará la deuda como planteó?

--Estamos viendo aún distintas opciones, pero no hay nada cerrado por el momento.

--Han hablado de mantener el empleo y de un plan industrial de futuro ¿están definidas ya las líneas básicas de ese plan?

--La prioridad ahí es sacar cuanto antes a la empresa de la situación de preconcurso y poner en marcha las empresas que están cerradas. Para eso necesitamos además aprovisionar mucha materia prima, porque hemos visto que los stocks están regular. A partir de ahí, lo que hay que hacer es ponerse a funcionar como en cualquier otra empresa.

--¿Cómo se puede levantar un grupo en esa situación en un contexto complejo como el actual?

--Somos un grupo de casi 1.900 personas y el Grupo Gallardo tiene casi 900. Por lo que hemos visto, el grupo tiene futuro y se puede integrar bien en un tiempo razonable

--¿Hasta qué punto ha pesado en la decisión de compra el hecho de que el Grupo Gallardo y Cristian Lay compartan su origen en Jerez de los Caballeros? ¿O la decisión ha sido puramente empresarial?

--Es cierto que el componente emocional ha pesado mucho en este caso. Normalmente en una decisión de este tipo el 90% tiene un componente racional y hay un 10% emocional. Pero en este caso ha sido más bien un 51% racional y un 49% emocional. No voy a decir que haya podido igual la cabeza que el corazón, pero casi.