Gallega de nacimiento, la diputada popular Milagros Rodicio reside en Navalmoral de la Mata desde los tres años. Con gran experiencia en el mundo de la política local, está viviendo su primera legislatura en la Asamblea. Y gran aficionada a la cultura y al teatro, asegura que no le gusta nada montar broncas en los plenos.

--¿Qué le hizo dedicarse a la vida política?

--En parte, la curiosidad. Yo no estaba excesivamente pendiente de la vida política, pero la verdad es que cuando me lo propusieron y me vi con tiempo para ello, fue la curiosidad por saber cómo era un ayuntamiento por dentro lo que me hizo dar el paso. Y lo mismo me ocurrió con la Asamblea.

--¿Demasiado movimiento para una primera legislatura?

--No puedo decir si está siendo o no una legislatura convulsa porque como es la primera, no puedo comparar. Para mí es algo absolutamente nuevo. Nunca me había planteado ser diputada, ni municipal ni regional y está siendo una experiencia muy interesante. Ha sido una fuente de experiencias y de conocimiento.

--¿Qué ha aprendido?

--Me he confirmado en muchas cosas, sobre todo lo importante que es el trabajo en equipo. Por ejemplo, me siento incapaz de preparar yo sola un tema para una comisión.

--¿Repetirá la experiencia?

--No lo sé. Depende del partido pero tengo que pensármelo porque el ayuntamiento de Navalmoral es muy grande, llevo tres concejalías, estoy un poco agobiada y no puedo dedicarle a la Asamblea todo el tiempo que me gustaría.

--¿Cómo lo lleva su familia?

--Ahora el que lo lleva es mi marido, porque mis hijos ya son mayores. Creo que las parejas de los políticos son los grandes sufridores de la política, porque necesita dedicación completa. 24 horas al día, 365 días al año.

--¿Qué se llevará de la Asamblea?

--Por tanscendencia, la reforma del Estatuto de Autonomía y la Ley de Educación, aunque nunca olvidaré a la gente que he conocido en este tiempo.