Esta semana se han cumplido dos años de la victoria de Mariano Rajoy y el Partido Popular en las elecciones generales. ¿Dos años? Sí, han sido dos aunque parezcan más, sobre todo si cogemos la hemeroteca y analizamos lo ocurrido en los 731 días transcurridos entre el salto forzado de Rajoy en el balcón de Génova y la sesión de control en el Congreso de este miércoles.

Tras el choque habitual con Rubalcaba , el presidente se saltaba el guión y atendía brevemente a la prensa en los pasillos de la cámara baja para asegurar que "han sido dos años difíciles" y que "las cosas ya están un poco mejor". Después, en RNE, dejaba entrever que piensa remontar las encuestas con un cambio de políticas, gracias a la bajada de impuestos que recoge la futura reforma fiscal, y una remodelación de su gobierno.

Rajoy, lógicamente, negó este último extremo. A nadie se le ocurriría anunciar una crisis de gobierno en diferido, porque estas crisis, como diría Ibarra de las mociones de censura, "no se anuncian, se presentan". Imaginen qué ocurriría si Rajoy dijese que prepara cambios en su gabinete para Navidades: las presiones, dentro y fuera del gobierno, serían tales que tendría que imitar a el Corte Inglés y encender ya el alumbrado...

Hasta el momento Rajoy ha mantenido la tradición instaurada por Felipe González y continuada por sus sucesores: el primer gobierno es el que más dura. González mantuvo su primer ejecutivo durante 32 meses, Aznar durante 26 y Zapatero durante casi 24. El de Rajoy acaba de cumplir 23 meses y las especulaciones no cesan, con varios ministros en todas las quinielas para salir del gobierno.

El más nombrado, el titular de Educación, José Ignacio Wert , que esta semana al salir del Congreso decía que aquello "es una jungla" en la que él iba "sin machete". Iba, porque dos días después una empresa de aceros de Teruel le enviaba uno de 45 cm. "para que a partir de ahora le sea mucho más sencillo salir de su jungla personal y contestar a todos los periodistas, para que los ciudadanos sepamos qué va a pasar con la educación de nuestros hijos".

XHAY QUIEN DICEx que Wert le hace un favor a Rajoy permaneciendo en el gobierno, porque al llevarse todas las críticas actúa como pararrayos del presidente, pero tampoco hay que olvidar que Rajoy no podrá intentar la remontada sin soltar lastre, hacer borrón y cuenta nueva en determinados ministerios y buscar un impulso.

Y las crisis de gobierno no dejan de ser eso, oportunidades para intentar levantar cabeza. Ahora bien, ¿dejará Rajoy tirado a alguno de sus ministros con una destitución sin recompensa, o utilizará la "patada hacia arriba" que tan bien se le daba a Zapatero? Esto es, camuflar la salida del gobierno como un cambio de destino, casi como un premio. ZP lo hizo con Joan Clos dos veces: primero le hizo renunciar a la alcaldía de Barcelona, con las encuestas en contra, para ser ministro de Industria, y después lo envió de embajador a Turquía y Azerbaiyán. Ahora, con las elecciones europeas a medio año vista, no sería raro ver a algún ministro en los primeros puestos de la candidatura popular...

Aquí en Extremadura también se ha hablado de elecciones, pero de cómo organizarlas. El PP ha propuesto crear una comisión de estudio en la Asamblea, otra más, para intentar consensuar en 5 meses una reforma de la ley electoral. Los populares insisten en tres cambios: reducir diputados, bajar el umbral electoral del 5 al 3% e introducir las listas desbloqueadas. Esto es, se vota la lista presentada por un partido pero con la posibilidad de modificar, total o parcialmente, el orden de los candidatos.

Todos los grupos están dispuestos a hablar, aunque ya ha quedado claro que la negociación no será sencilla, entre otras cosas porque por primera vez en esta legislatura el PP necesitará sí o sí el apoyo del PSOE para sacar adelante una ley.

Y los socialistas, que no se han visto en otra así en estos dos años, no lo van a poner fácil. De entrada, ya han exigido reducir a la mitad el gasto electoral de los partidos, y en cuanto a las propuestas del PP, no habría problema con las listas desbloqueadas, que ya han aprobado en su reciente Conferencia Política, pero sí en todo lo demás.

No quieren, como IU, reducir el número de diputados porque restaría representatividad, aunque están dispuestos a limitar las liberaciones. Y no es probable que accedan a rebajar el umbral electoral, como reclaman insistentemente Izquierda Unida y los regionalistas, porque sería darles opciones a dos "rivales directos" y porque ya lo impidieron con su abstención en julio de 2012, pese a los ruegos de sus entonces socios del PREx-CREx. Aunque con lo rápido que van las cosas, quién sabe qué ocurrirá dentro de 5 meses. Al fin y al cabo son apenas 150 días...