Lorena Rodríguez Lobo y su pareja están ocupando ilegalmente una vivienda social de la Junta de Extremadura en Mérida porque no se pueden permitir un alquiler. Están esperando la carta de desahucio. Es de Montijo, tiene 22 años y solo ha trabajado en un negocio familiar de camarera. "La cosa no salió bien y me vine a vivir a Mérida con mi pareja, pero aquí tampoco encontramos nada", asegura. El actualmente tampoco trabaja y no lo hace desde 2011. Lorena tiene una niña de 17 meses tiene que apañarse con 420 euros al mes de la prórroga de la prestación por desempleo que se le terminará en breve.

"Después de afrontar los pagos --su pareja estuvo en prisión por conducir sin carné y está pagando la multa, además de otra sanción por no pasar la pensión a la hija que tiene con una expareja-- nos quedan 150 euros para pasar el mes", asegura. "¿Qué como lo hacemos? Pues viviendo de patada, de ocupas, y mi pareja que es mecánico hace chapuzas y se busca la vida como puede", dice Lorena. "Yo jamás en la vida me había visto así. Siempre he vivido con mis padres y jamás me imaginé esto. Siempre piensas que esto no te va pasar a tí, pero por circunstancias de la vida, ocurre. Y solo quien lo ha vivido o lo está viviendo puede comprenderte", afirma.