Cuando le llamaron para dar clases, estaba aislada en casa a causa del covid. Inmaculada Sanabre Llopis es interina y debía haberse incorporado a la Universidad Laboral de Cáceres justo al inicio de curso, pero el virus se lo impidió y se ha tenido que enfrentar a una situación que ella describe como «discriminación laboral».

Su relato es el siguiente: «Yo tenía que haber empezado mis clases el 14 de septiembre, pero informé tanto al centro como a la Junta de Extremadura de mi baja laboral debido al covid-19. Según la ley de procedimiento administrativo, yo ese día tomé posesión oficialmente de mi cargo de manera telemática. Aún así, me informaron de que hasta que no me incorporara a mi puesto laboral no se me daría de alta en las nóminas, aunque sí estaría cotizando y puntuando en mi tiempo de servicio desde el 14 de septiembre. De hecho, entre ese día y el 20 de septiembre yo pude acceder a la plataforma Rayuela, donde tenía incluso asignado horario». Además, dice, el 12 de octubre descargó el informe de su vida laboral y «en el mismo aparecía que desde ese 14 de septiembre yo estaba dada de alta», subraya.

El 13 de octubre, casi un mes después, por fin recibió el comunicado de su médico de que ya estaba curada, y ese mismo día se incorporó al centro: «No quería hacer perder más tiempo a mi alumnado, ya que no se asignó ningún sustituto durante mi baja».

Pero una vez ya iniciada la actividad, recibió un correo electrónico con su nombramiento en el que se especificaba que su incorporación solo constaba desde el 13 de octubre. Asimismo, recibió un mensaje de la Tesorería General de la Seguridad Social que informaba de que su alta con fecha de 14 de septiembre en la Junta de Extremadura había sido eliminada. «Entonces descargué de nuevo mi vida laboral y, efectivamente, ahora solo aparecía desde el 13 de octubre y no desde el 14 de septiembre».

«Las consecuencias -explica Inmaculada Sanabre- es que no solo pierdo el sueldo del mes de septiembre, sino que ahora en el cómputo global no voy a llegar a los 280 días necesarios para puntuar ni cobrar los meses de julio y agosto; me quedo sin el verano por 12 días».

Esta interina ya ha presentado un recurso y denuncia que se haya anulado parte de su vida laboral sin haber sido «ni siquiera informada».

Desde la Consejería de Educación y Empleo responden haciendo referencia al artículo 20 del decreto de interinos, en el que se especifica de que darse esta circunstancia, se reserva la plaza y se cuenta todo el periodo (desde el llamamiento) solo a efectos de la bolsa; la cotización cuenta únicamente una vez que la persona esté ya inscrita en la Seguridad Social. Añaden igualmente que no es posible que una persona esté cotizando sin recibir salario, como afirma Inmaculada Sanabre que le dijeron al principio que iba a ocurrir.

Ella insiste en que sí le dieron de alta, tal y como reflejaba su vida laboral. «Si me hubiera incorporado el día del llamamiento y luego digo que tengo covid, hubiera sido diferente», se lamenta.