"Tenía mucho miedo y angustia, por eso cogí una muda para cada uno y salimos de casa corriendo", relata Rocío Puertas, una de las 160 personas que residen en Pedroso de Acim y que el lunes por la noche tuvieron que abandonar su casa de la calle Pósito ante las amenazas de las llamas que se originaron esa misma tarde en la Peña de los Cenizos llegasen a alcanzar el término municipal de Pedroso.

Rocío Puertas presagiaba que iba a ser una noche muy larga. Por eso no dudó en coger unas pocas pertenencias y trasladarse con sus dos hijos hasta la casa de sus padres, en Torrejoncillo, a 10 minutos de distancia de Pedroso. "Allí llevé a mis dos hijos y yo después regresé al pueblo" comenta.

Como tantas otras personas, tuvo que mantener los ojos abiertos y hacer frente a una noche larga y angustiosa. Al igual que Rocío, otros vecinos vivieron la desesperación de tener que alejarse por unas horas de sus cosas más preciadas y ver cómo el fuego amenazaba tímidamente con reducirlas a ceniza. Anastasio Osuna, que vive en la calle Empedrado, también tuvo que abandonar su vivienda, pero su cariño por el pueblo le dio fuerzas para permanecer despierto toda la noche. "Tengo muchos sitios donde ir pero prefiero quedarme aquí esperando a ver qué sucede", comenta.

Otro de los que permanecieron despiertos a lo largo de la noche fue el alcalde, Pedro Mallo, que junto con Luis, el único policía del pueblo, recorrió cada calle casa por casa para asegurar la evacuación de todos los vecinos. "Al principio de la tarde si que llegamos a temernos lo peor, pero una vez que se hizo de noche nos dimos cuenta de que el fuego difícilmente iba a llegar al municipio porque estaba bastante lejos", relataba ayer el edil, que también se hacía eco del clima de indignación que imperaba entre los habitantes de Pedroso. Hoy ya todos descansan en sus casas junto a los suyos.