La Semana Santa cacereña entra en sus días más intensos con numerosos pasos en las calles de hondo calado popular. Con la venia del tiempo (un 60% de probabilidad de lluvia desde media tarde), el Miércoles Santo sacará cuatro tallas muy queridas y arropadas cada año por miles de personas, que abarrotan los itinerarios. Al anochecer, la cofradía de los Ramos saldrá de San Juan con el Cristo de la Buena Muerte y la Virgen de la Esperanza. Poco después se iniciará el vía crucis del Cristo de la Preciosa Sangre desde el Buen Pastor al Espíritu Santo. Y justo en la medianoche, el Cristo Negro volverá a colapsar intramuros con una multitud de cacereños, turistas y también políticos y periodistas de Brasil y Japón.

Pero el tiempo debe permitirlo, y las estadísticas aplicadas a la tradición no salen mal paradas. En los 27 años transcurridos desde la reaparición procesional del Cristo Negro, solo en 2008 se suspendió la estación de penitencia por la lluvia. Además, hoy existe mayor expectación por la segunda y última salida del paso desde la Preciosa Sangre, donde permanece desde 2012 por las obras de la concatedral. La complicada bajada inicial a través de las escalinatas de San Jorge, la luz de los hachones y el silencio imponente de la multitud volverán a ofrecer uno de los momentos más bellos de la Pasión cacereña.

El Cristo Negro, talla medieval del siglo XIV con una historia salpicada de leyendas, capaz de atraer a sus procesiones a viajeros de medio mundo incluidos miembros de las casas reales, volverá a salir esta noche acompañado de sesenta cofrades, ni uno más, con hábito benedictino y en absoluto silencio. Otros tres mil hermanos esperan hacerlo algún día. Se estrenará incienso realizado expresamente en Sevilla bajo el nombre de Cristo Negro de Cáceres . A su llegada definitiva a la concatedral habrá un protocolo de bienvenida por el prelado y el Cabildo Catedral.

PRIMERA SALIDA Pero antes, a partir de las 20.30, las calles ya estarán repletas (si la lluvia remite) para la salida de la cofradía de los Ramos, exquisita en los detalles, con una candelería excepcional del taller hispalense del maestro Manuel Román Seco y un destacado acompañamiento musical de tres bandas: la Romana de los Ramos, Jesús Nazareno y Banda de la Diputación.

La Virgen de la Esperanza saldrá recién restaurada sobre su trono de orfebrería (1960) también renovado y replateado, palio bordado en el Taller de las Mercedes de Coria del Río, manto de la casa sevillana de Palacio Arróñiz (1964), nueva saya en crudo con brocados dorados regalo de su camarera, nuevo rosario donado por Mercedes Calles, tocado de puntillas con bordados en plata, puñal en el pecho y medalla de la Policía Nacional, a la que amadrina. Por delante procesionará la talla titular, el Cristo de la Buena Muerte, un crucificado del siglo XVII de reconocida valía histórica y artística.

VIA CRUCIS A las diez de la noche saldrá la cofradía del Humilladero, una de las más antiguas (siglo XV) y participativas. Lo hará con el Santísimo Cristo de la Preciosa Sangre, un crucificado del año 1970 que representa una Semana Santa íntima, sentida, con numerosos ciudadanos unidos en el vía crucis que recorre algunas calles del sur a través de sus catorce estaciones. Llevará dos turnos de carga y un timbal destemplado como único acompañamiento. Los hermanos llevan días muy pendientes de la lluvia. Quizás hoy sí, quizás...