Los vecinos de los pueblos que se abastecen de la presa de Navarredonda se muestran preocupados por la situación, pero más que nada, dicen, porque no tienen muy claro para qué pueden o no usar el agua del grifo. Y es que en el bando emitido por los alcaldes tras la alerta de Sanidad se prohibe su uso no solo para beber o cocinar, también para lavar los utensilios, por lo que ahora "nos da miedo hasta lavarnos las manos", comenta Catalina Campo. "No es que seamos muy miedosos, pero si dicen que no se puede usar ni para lavar los cacharros, qué pasa si nos lavamos las manos y luego cogemos algún alimento", añade Josefa Palomino.

Los problemas de agua no les son ajenos a los vecinos de los municipios del Tamuja, pues han sido muchas las épocas de sequía en las que han sufrido restricciones, pero esta nueva situación les sorprende. "Aquí escasez sí hemos tenido muchas veces, pero que el agua estuviera mala nunca, esta es la primera vez", asegura Consolación Moreno. De ahí el mayor temor, pues a la escasez ya están acostumbrados y, además, como señala Juan Campo, en todos estos pueblos hay pozos con un agua "buenísima" y es de ellos la que beben la mayoría de los vecinos.

Pero pese a ello todos piden que se dé una rápida solución al problema actual, "pues una cosa es ir a los pozos a por agua solo para beber, que tener que ir a por agua para todo, pues de ser así tendríamos que hacer muchos viajes al día". Además, también hay muchas personas que por su edad o problemas físicos "no pueden acarrear agua de los pozos y no les queda más remedio que tener que comprarla".