La procesión de la Esperanza salió este año haciendo honor a su nombre, con fines solidarios y humanitarios por parte de la cofradía que une a su nombre los del Santísimo Cristo del Descendimiento y María Santísima de la Piedad. Salieron los pasos a hombros de los costaleros por la el portón a la hora prevista desde la iglesia de San Roque, en la plaza de Cervantes, jaleada por el público asistente.

Según la junta directiva, la imagen de la Virgen presenta novedades, estrena unas sayas, un rostrillo y un puñal, símbolo del dolor por la muerte de su hijo, donado por por una familia de la hermandad.

Este año, la cofradía ofrece "la penitencia por aquellas personas que necesitan de un trasplante de órgano de cualquier tipo para vivir". Y además, "el Jueves Santo, el Viernes Santo y el Lunes de Pascua se venderán las flores y velas de los pasos para sufragar los gastos del trasplante de un hijo de un costalero de Badajoz", señaló la hermandad.

La procesión siguió el itinerario previsto en el programa oficial, en el transcurso del cual se cantaron saetas, y con acompañamiento musical, en esta ocasión por la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Columna, de Daimiel, Ciudad Real, con el Cristo del Descendimiento; y la Banda Municipal de Llerena, tras el palio.

La cofradía se fundó en el 1943 y de forma oficial un año después. Cuenta con 520 hermanos, de los cuales 300 salieron en procesión.