Este decreto ayudará a conciliar las distintas posiciones que a veces tenemos padres, profesores y alumnos en la comunidad educativa, y va a favorecer la convivencia dentro de los centros educativos al establecer claramente unas normas de funcionamiento. Además, la figura del mediador va a ser muy importante, pero queremos que no solo sirva para mediar entre alumnos, sino que lo haga también entre padres y profesores, para evitar conflictos.

Otra cuestión fundamental que contempla el decreto es la agilidad para instruir expedientes sancionadores a los alumnos, porque si los trámites se dilatan mucho en el tiempo, la falta pierde validez y, al final, perjudica a todos. Es verdad que a veces habrá que llegar a la expulsión de un alumno del centro educativo si eso es bueno para la comunidad educativa y para el propio alumno.

Todo ello hace que se esté determinando que los conflictos escolares hay que resolverlos en el ámbito escolar, no sacarlos fuera, como a la fiscalía. No hay que olvidar que esas normas son para todos, padres, alumnos y profesores, y ahora debemos tenerlas claras.