La Guardia Civil ha detenido a nueve personas en cinco localidades de la provincia de Badajoz y ha desmantelado cinco puntos de elaboración y venta de droga en la denominada Operación Cruz . En el operativo participaron el equipo de delincuencia organizada y antidroga de Badajoz, policía judicial del departamento de Llerena y medio centenar de agentes de distintas especialidades de la capital pacense.

Durante la actuación se registraron cinco domicilios en Llerena, Fuente de Cantos, Calzadilla de los Barros y Mérida, y se detuvo a nueve personas, cinco hombres y cuatro mujeres de edades comprendidas entre los 19 y los 48 años, a los que se les imputan delitos contra la salud pública y tenencia ilícita de armas.

El dispositivo se desarrolló en dos fases. En la primera, iniciada en febrero, la Guardia Civil localizó varios focos de tráfico de drogas en viviendas de Llerena, Fuente de Cantos y Calzadilla, lo que dio lugar en mayo a los registros en dichas viviendas, en los que se incautaron 135 dosis de cocaína y heroína, sustancias para el corte y distribución dela droga, básculas de precisión, 15 teléfonos móviles y gran cantidad de joyas y dinero. Esta fase se saldó con ocho detenidos.

A raíz de esta acción se pudo relacionar estos puntos de venta de droga con otros en localidades distintas. Se pasó así a la fase segunda, en la que se registraron de manera simultánea el pasado día 14 viviendas de los barrios emeritenses de San Lázaro y San Juan.

En esos registros se intervinieron 600 gramos de cocaína, once de heroína y 50 de hachís, de las que podrían haberse obtenido 3.000 dosis. Además se hallaron útiles para la manipulación, elaboración y distribución de droga, como batidoras, microondas, disolventes, papel secante, bolsas de dosificación y una prensa hidráulica de gran tamaño para compactar la droga.

Igualmente se intervino una pistola y un revólver cargado, además de dinero en efectivo, joyas, un turismo de lujo, una motocicleta, un quad y material informático y audiovisual. En esta fase hubo otro detenido.

La Guardia Civil ha determinado que los traficantes utilizaban a niños y ancianos colocados en la entrada de las viviendas y en zonas próximas para alertar de la presencia policial. Además, estas viviendas disponían de puertas blindadas.

La Guardia Civil no descarta nuevas detenciones.