"Las cosas pueden ser complicadas o venir por carambola, y eso es lo que me pasó cuando vine a Badajoz". Así es cómo cuenta el argentino Héctor Norberto Prinzo Quiroga su llegada a la ciudad. Cuenta que primero estuvo jugando al fútbol en Italia, luego en Ginebra y, tras lesionarse, vino a España a ver a sus compatriotas.

Funcionario del Ayuntamiento de Badajoz, licenciado en Ciencias del Deporte, conocedor de cuatro idiomas, con 58 años a sus espaldas y una gran experiencia en el mundo futbolístico, Héctor Norberto se siente parte de la transformación que ha sufrido Badajoz desde que vino hace 30 años.

"Lo que ha cambiado la ciudad desde que yo me bajaba del autobús en la cuesta empinada de Juan Sebastián El Cano, a la altura de Pardaleras, para que el autobús pudiese subir", añade como anécdota Héctor.

Explica que lo mejor que le ha pasado es su pareja, la madre de su hijo, y su propio hijo. También afirma que en España se siente muy a gusto y que por su condición de trabajador obrero y el apoyo de toda la gente, no le ha costado adaptarse.

"Entre Argentina y España hay muchas diferencias", expresa Héctor. "Las diferencias más sustanciales radican en la jornada laboral y en la inseguridad ciudadana", continua.

A la pregunta de si va a quedarse en Badajoz, manifiesta: "Nunca pienso en irme pero tampoco pienso en quedarme. Como dicen, los argentinos primeros aprenden a hablar y a jugar a fútbol, y después a viajar".