Jose Maján y su mujer Marisol llegaban anoche a Badajoz después de haber pasado las vacaciones con un grupo de 13 amigos en Jamaica, en un hotel situado a unos 30 kilómetros de Montego Bay, en la costa noroeste. El huracán apenas ha modificado sus planes, pues tenían previsto regresar ayer y el avión solo se retrasó una hora. Fue el domingo por la tarde (entre las seis y las once de la noche, en Jamaica) cuando vivieron los momentos más preocupantes, aunque Jose cuenta que nunca tuvo sensación de miedo, "pero mucha gente sí, chillaba, sobre todo porque no se sabía qué iba a pasar". El hotel tenía previstas medidas de seguridad y todas las ventanas se taparon con maderas, no los dejaron salir de las habitaciones --ellos se juntaron todos en una-- y pusieron las camas contra las ventanas por si se rompían. "Nosotros no hemos tenido ningún problema, el hotel estaba muy bien preparado y nos avisaron con tiempo", cuenta. Finalmente no fue tan grave como anunciaron, porque el ojo del huracán no entró en Jamaica. Aun así las imágenes que han llegado por televisión son devastadoras, "de las casas de los más desfavorecidos, que sí se las ha llevado, pero el efecto ha sido el de una tormenta tropical". Al día siguiente, el hotel funcionaba con normalidad.