El presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, defiende que «o se gobierna o se deja gobernar», ya que lo contrario es una «anomalía, es poner a España la última, primero yo, luego yo y después yo».

«España necesita que funcione, refugiarte en banderas para compensar la parálisis a la que están sometiendo a tu país, no es normal. Si en el Congreso hubiera gente que hubiera vivido la historia de este país algunos problemas estarían resueltos», asevera.

Según el presidente, la gente necesita «sentirse parte de un proyecto colectivo y España tiene que ser un proyecto colectivo, hay que convocar a los ciudadanos a este proyecto colectivo y ser conscientes de que tienen derechos, pero también obligaciones».

Así, y con respecto a la actual situación política nacional, Vara, que ha declarado ser un «firme defensor de la estabilidad política» como uno de los «valores fundamentales» de un país, habla de la necesidad de dialogar, buscar acuerdos y consensos, ya que desde su punto de vista es la manera de construir «sociedades más fuertes».

En este sentido, el presidente extremeño indica que hay asuntos que «sólo se arreglan con el diálogo», ya que ésta es la manera de darse cuenta de cantidad de cosas en las que se coincide, en que hay «problemas muy parecidos».

«Hay muchas cosas que se podrán solucionar si nos ponemos a hablar, pero, parece que nos da miedo aparecer como gente capaces de ponernos de acuerdo», dice.

Fernández Vara realizó estas declaraciones durante su participación ayer en Madrid en la ponencia ‘España Plural’, incluida en la programación del Curso de Verano de la Asociación de Periodistas Parlamentarios.

De la misma manera, Vara añade que da la sensación que los acuerdos «se compran», pero con esta manera de actuar «las costuras antes o después revientan porque cuando no te une un proyecto común, sino un sueldo a final de mes, esas costuras revientan. La política es el futuro de la gente y eso exige servir a un proyecto común. Si lo único que te une es el reparto de puestos, eso no te lleva a ninguna parte y parece que la renovación política se queda en quítate tú para ponerme yo».