El obispo de Plasencia, Amadeo Rodríguez Magro, ha puesto de manifiesto que la nueva Ley de Educación (Lomce) resuelve una "injusticia y una discriminación: la de la clase de religión", que, ha defendido, hasta ahora ha estado infravalorada en la escuela.

En una carta pastoral, el prelado placentino ha destacado que alrededor del 75% de las familias de la diócesis matriculan a sus hijos en la clase de religión en Educación Infantil, en Primaria y en ESO.

En este sentido, ha aconsejado a los padres que estén "muy atentos a lo que se diga" en la nueva Ley de Educación, porque en ella se contemplan aspectos muy importantes "que -ha asegurado- tendrán una influencia decisiva en una educación de calidad" para sus hijos.

Tras afirmar que no es su intención defender ninguna ley en su totalidad, "porque seguro que también ésta tiene cosas mejorables, que seguramente cambiarán o se matizarán en el camino de su tramitación", ha subrayado que la Lomce "resuelve una injusticia y una discriminación: la de la clase de religión, que hasta ahora ha estado infravalorada en la escuela".

De igual forma, ha querido dejar claro que esta "mejora" no ha sido impuesta por la Iglesia, como se dice por ahí.

"¡En cabeza de quien cabe! Lo que legisle la Lomce en torno a este asunto no es ninguna imposición de nadie; lo que sí se impone es el buen sentido, y además se tiene en cuenta el derecho de los padres, muy bien recogido, por cierto, en el artículo 27 de la Constitución Española", ha aseverado.

En este sentido, ha apuntado que si los padres piden la clase de religión para sus hijos es porque consideran que con ella, con el conjunto de conocimientos que en ella se reciben, se enriquece y complementa su formación cultural.

"La religión es historia, es arte, es valores, es interpretación de la realidad en todas sus expresiones, y es, sobre todo, una clave fundamental para encontrar criterios con los que valorar e interpretar no sólo los contenidos escolares sino hasta la propia vida", ha agregado el prelado.

De igual forma, ha afirmado que en la escuela se enseña religión con un criterio cultural, "pero -ha señalado- no se puede hacer abstracción de la condición de católicos de los alumnos y por lo tanto hay que enseñar Religión Católica y por profesores católicos".

"Así, si admitimos que la religión enriquece la formación humana y es una aportación necesaria para su cultura, es evidente que, si es materia escolar, lo tiene que ser con todas las consecuencias. Lo que no puede ser es que esté entre las demás materias de la escuela sólo por una concesión "paternalista" y sin ser valorada como materia académica", ha defendido Rodríguez Magro.