El Domingo de Ramos arrancó en la localidad pacense de Oliva de la Frontera la representación de la Pasión Viviente, que esta Semana Santa cumple 30 años. Más de 300 actores participarán en las distintas escenificaciones de los últimos días de Jesús en las calles oliveras, que principalmente la noche del Jueves Santo y la mañana del Viernes Santo se convierten en Jerusalén.

La representación del jueves se iniciará a las diez de la noche con la última cena en la escalinata del templo parroquial. Después de la cena Jesús y sus discípulos se trasladarán, cruzando el paseo de las Palmeras convertido en mercado judío, al huerto de los olivos en la plaza de España, donde se produce el prendimiento. Jesús es conducido ante Caifás y condenado.

La escenificación continúa a las doce del mediodía del Viernes, cuando Jesús es conducido ante Pilatos y el pueblo pide su muerte. Sufrirá las burlas de Herodes en el plaza de España ahora convertida en palacio y tras pasar de nuevo ante Pilatos, seguirá sus designios camino del Calvario, situado en la explanada de la ermita de Nuestra Señora de Gracia, el punto más alto del pueblo y donde se congregan miles de personas para presenciar el momento más dramático.

Para conmemorar el aniversario se han renovado escenas y vestuario y se ha organizado una exposición retrospectiva en una sala del ayuntamiento.