Oliva de la Frontera (Badajoz) retrocede veinte siglos en el tiempo y sus lugares más emblemáticos se convierten el Jueves y el Viernes Santo en escenarios de los últimos días en la vida de Cristo. Alrededor de 400 oliveros, entre actores protagonistas y extras, participan en la representación de la Pasión Viviente, declarada de Interés Turístico Regional, que este año cumple su vigésimo novena edición.

Mañana tendrá lugar, a partir de las diez de la noche, la Santa Cena, en las escalinatas de la iglesia parroquial. Esta misma noche se escenificará la Oración en el Huerto, en la plaza de España y el juicio ante Caifás, en la fachada del ayuntamiento. El viernes, día grande, cuando Oliva duplica su población con los visitantes, el paseo de las palmeras se convierte en un mercado y la plaza de España en el palacio de Herodes, mientras Pilatos aguarda en la puerta de iglesia. El secretario de la Asociación Cultural de la Agrupación Local Pasión Viviente, Francisco Manuel Hernández Rojo, destacaba ayer que precisamente lo que distingue esta representación son sus escenarios, sobre todo, el Calvario en la ermita de la Virgen de Gracia, en el punto más alto del pueblo.