El anuncio sobre la posible ubicación de un cementerio nuclear de alta actividad en la provincia de Cáceres encontró ayer una frontal oposición de instituciones y colectivos conservacionistas extremeños, que incluso amenazaron con llevar a cabo movilizaciones en caso de confirmarse la noticia avanzada ayer por el diario El Mundo . Este diario aseguraba que el yacimiento minero de Los Ratones , en el municipio cacereño de Albalá, se habían llevado a cabo estudios para valorar su idoneidad como futuro centro de acogida de residuos nucleares.

Sin embargo, el Ministerio de Industria ha negado que el Gobierno busque en la provincia cacereña un lugar para depositar residuos nucleares, algo que también ha hecho la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa). Por su parte, el Ejecutivo extremeño ha dejado claro que no permitirá ninguna instalación de este tipo en el región.

Según El Mundo , Enresa ha realizado un estudio durante cinco años en la antigua mina de uranio Los Ratones , --sellada desde mediados de la década de los 90--, para conocer las condiciones subterráneas de almacenamiento de combustible nuclear usado. El objetivo de la investigación sería la necesidad del Gobierno español de buscar un lugar en el país para almacenar subterráneamente los residuos nucleares de alta actividad.

A este respecto, Enresa reiteró ayer que "no se construirá un almacenamiento geológico profundo (AGP) para los residuos de alta actividad ni en la provincia de Cáceres ni en ningún otro lugar de la geografía española". La Empresa Nacional de Residuos Radiactivos sí reconoce que se realizaron una serie de estudios sobre el impacto de las minas en aguas subterráneas, que con posterioridad fueron empleados --dentro de un programa europeo de investigación-- para conocer la evolución climática en acuíferos en relación con la seguridad a largo plazo de instalaciones dedicadas a almacenar residuos radiactivos.

INVESTIGACION Enresa explicó ayer que la investigación se inició en mayo de 1997 dentro de una serie de actividades orientadas a apoyar los trabajos de restauración de las antiguas minas de uranio, "especialmente la Ratones". Estas actividades se prolongaron hasta septiembre de 1999, y fue en mayo del 2001 cuando "se mantuvo un período de control de la evolución química e hidrogeológico del entorno de la mina ya restaurada". Esos trabajos, según la empresa, provocaron que la Unión Europea aprobase el proyecto Padamot , cuyo objetivo era la puesta a punto de una metodología de estudio del impacto de la evolución del clima en las aguas subterráneas en posibles zonas de almacenamientos nucleares.

Enresa aseguró que ninguna de estas investigaciones están relacionadas con la búsqueda de emplazamientos en España para ubicar un cementerio nuclear.

RECHAZO La noticia ha provocado la incredulidad y el rechazo de los alcaldes de la zona. El alcalde de Arroyomolinos, Manuel Molero, calificó de "muy mal" la supuesta instalación e instó a todos las localidades de la zona a "estar unidos" y salir a la calle si fuera necesario. Esta versión es compartida por el alcalde de Albalá, el también socialista Jesús Pascual, que manifestó su contrariedad a una instalación de este tipo, aunque dijo no conocer si en la actualidad se están haciendo estudios en la mina.

Su colega de Montánchez, Juan Alcázar, del Partido Independiente, comentó que "tanto si es verdad, como si no, nos han hecho un flaco favor por la desconfianza que ya empieza a generarse", advirtió. En cualquier caso, insistió, "no permitiríamos que con un cementerio nuclear, o una noticia falsa acabara con el trabajo de tantos años".